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Bebé | 0 - 9 meses | ¿Es normal que vomite?

¿Es normal que vomite? Bebé

¿Es normal que vomite?

El reflujo gastroesofágico es la causa más frecuente de vómitos en los bebés. Pero el pediatra deberá estudiar bien al pequeño para descartar otros problemas que pueden ser más graves.

El vómito es un síntoma común en la infancia. Es un proceso reflejo que consiste en la expulsión violenta del contenido gástrico por la boca, el cual puede estar o no parcialmente digerido. Es un hecho que puede estar relacionado con varias enfermedades de la infancia y con frecuencia es el síntoma principal, pero también puede formar parte de un contexto más amplio.

Sin embargo, es normal que, durante las primeras semanas de vida, los vómitos no se deban a ninguna patología y estén relacionados simplemente con la inmadurez intestinal y del sistema nervioso del bebé (escasa capacidad gástrica, inmadurez de la barrera antirreflujo, etcétera), con frecuentes errores dietéticos, con la alimentación líquida, con una postura horizontal al comer o con la aerofagia fisiológica.

 

Buscar la causa

Las causas del vómito son variadas y dependen de la edad en la que se presenten, lo que es una pista esencial a la hora de plantear un diagnóstico.

Por ejemplo, en el período neonatal, si el niño vomita muy frecuentemente se debe descartar que sea debido a lesiones obstructivas del tubo intestinal, o a anomalías congénitas, genéticas y metabólicas. Después de la primera semana de vida, las malformaciones obstructivas son menos frecuentes, así que si el niño vomita en este periodo, es menos frecuente que sea debido a esta causa.

En los niños que presentan vómitos después del primer mes se deben descartar que padezcan infecciones o desórdenes metabólicos como la intolerancia a las proteínas de la leche de vaca, que es más prominente a medida que aumenta la edad.

 

Distinguirlo de la regurgitación

El vómito debe distinguirse de la regurgitación, que se refiere al desplazamiento sin esfuerzo del contenido gástrico hacia el esófago y la cavidad oral, como ocurre con el reflujo gastroesofágico fisiológico. Grados leves de este reflujo son bastantes comunes en los primeros meses de vida del bebé.

Por otro lado, también también hay que diferenciarlo de la rumiación o merecismo, que es un trastorno psicoafectivo por el cual el niño se complace en degustar y deglutir el alimento retornado desde el estómago, voluntariamente.

Además, el vómito puede ser una respuesta de comportamiento aprendida hacia un alimento en particular asociado a una sensación no placentera y formar parte de un reflejo protector frente a un alimento contaminado o una sustancia tóxica.

 

¿Qué hacer cuando vomita?

  • Tras el vómito dejale en reposo durante un tiempo razonable para evitar que el esfuerzo físico provoque que vomite de nuevo.
  • Es conveniente mantener unos 30 minutos de ayuno después del vómito antes de que tome nada. Tras comprobar que tolera los líquidos, se debe reintroducir de manera paulatina una dieta adecuada para la edad del niño.
  • Ofrécele líquidos fraccionados, en pequeños volúmenes, y preferentemente con cuchara para evitar la deshidratación. Es recomendable el suero de rehidratación oral hiposódico.
  • No le des medicamentos para evitar el vómito. Aunque existen muchos medicamentos para el tratamiento del vómito, no son aconsejables los fármacos antieméticos sin conocer la causa de los vómitos. Generalmente el vómito cede con reposo y con una dieta apropiada.  

 

Acude al pediatra cuando…

  • El bebé que vomita es menor de tres o cuatro meses y vomita dos o tres tomas, o tiene fiebre (más de 38 grados centígrados).
  • Presente signos de deshidratación, como los labios muy secos, llanto sin lágrimas o disminución del número de cambio de pañales húmedos.
  • Además de tener vómitos presenta afectación del estado general, confusión o comportamiento que difiere del habitual, fiebre elevada (hasta 40 grados centígrados), dolores de cabeza, manchas en el cuerpo (diferentes a los puntitos rojos, denominados petequias, que le pueden salir por el esfuerzo de vomitar) y dolor abdominal, que aumenta de intensidad y que pasa de ser intermitente a ser continuo.
  • Los vómitos o las deposiciones contienen sangre.