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Virus y bacterias, ¿cómo los diferenciamos? Enfermedades niños

Virus y bacterias, ¿cómo los diferenciamos?

La mayoría de las enfermedades infantiles son infecciones: enfermedades producidas por agentes infecciosos. Los más más frecuentes son los virus, las bacterias y los parásitos, en especial los dos primeros. Aprendemos a distinguirlos y tratarlos.

Los virus y las bacterias solo se parecen entre sí en que tienen un tamaño tan pequeño que el ojo humano no es capaz de distinguirlos. En el resto de las características son muy diferentes. Además, existen una gran variedad de virus diferentes y bacterias distintas, que aún puede complicar un poco más la comparación.

 

¿Qué son los virus?

Los virus son unos microorganismos que viven dentro de las células de los seres humanos. Tienen diferentes formas y tamaños, los más pequeños miden entre 18 y 20 nanómetros de ancho (o sea, que en un milímetro cabrían 50.000 virus unos pegados a otros). Se replican, o sea, se dividen, a una gran velocidad y cuando esto sucede, invaden un tejido de un órgano empezando así la infección. Los virus son los principales causantes de los catarros en los niños, generalmente transmitiéndose a través del aire, cuando se estornuda, se tose o simplemente se habla. Al llegar por el aire a la nariz, a la boca o a la faringe, los virus se reproducen e inflaman estas zonas dando los síntomas típicos del catarro (mucosidad nasal, obstrucción nasal, dolor de garganta, afonía, tos). Virus del catarro muy frecuentes son el virus respiratorio sincitial, el adenovirus, los rinovirus y los virus de la gripe. Otros virus muy frecuentes son los que producen la gastroenteritis, que penetran generalmente a través de un alimento o de la saliva de otro niño, entrando por la boca hasta el estómago y el intestino que se inflaman y duelen, además de producir vómitos y diarrea. Virus muy frecuentes de este tipo son el rotavirus y los enterovirus.

Además, es raro que se localicen en un único órgano, lo más probable, es que afecten a varios a la vez… un ejemplo que explica como una infección por virus puede incluso afectar a todo el cuerpo es el virus de la gripe, que produce catarro, dolor muscular por inflamación y dolor abdominal por inflamación del estómago. Los virus son muy “variopintos”, generalmente producen enfermedades poco graves, aunque también son los causantes de las hepatitis y del SIDA.

 

¿Qué son las bacterias?

Las bacterias son microorganismos generalmente de mayor tamaño que los virus que pueden producir infecciones en cualquier órgano. En general, se localizan en un único órgano (por ejemplo, el pulmón) o en órganos próximos y relacionados (pulmón, garganta y oído). En algunos casos, las bacterias pueden encontrarse únicamente en la sangre (bacteriemia). En algunas circunstancias, especialmente las bacterias más agresivas (como el meningococo) o en niños con características especiales (recién nacidos o niños inmunodeprimidos) puede haber infecciones muy graves, incluso que puedan comprometer su vida. Las infecciones bacterianas más frecuentes son: otitis, faringitis, infección urinaria, neumonía, gastroenteritis, adenitis o infección de los ganglios, celulitis o infección de la piel, meningitis, tuberculosis…

 

¿Virus o bacteria?

¿Es importante el diagnóstico exacto de qué tipo de virus o bacteria está produciendo la infección en nuestro hijo? Sería deseable, pero no es necesario en muchos casos. Cuando se sospecha un cuadro viral, habitualmente no se intenta buscar el microorganismo. En general, los virus son múltiples y producen infecciones similares. Muchas veces no es importante saber exactamente qué virus produce un catarro o una gastroenteritis, porque no existe un tratamiento específico para él. Cuando hay una infección por un virus, al niño se le pautará “tratamiento sintomático”, esto es, para los síntomas que presente: antitérmicos si tiene fiebre o dolor, sueros orales para evitar la deshidratación…

Cuando se sospeche que existe una infección bacteriana, se intenta en muchos casos extraer un cultivo (de sangre, de orina…) para tratar de identificar el causante exacto. Muchas veces, al niño ya se le ha pautado un antibiótico que por experiencia se sabe que puede ser eficaz.

Es muy importante insistir en que los antibióticos no son eficaces para combatir los virus. El uso indiscriminado de los antibióticos hace que las bacterias que todos tenemos de manera habitual en el cuerpo se hagan muy resistentes, y cuando sea necesario administrar un antibiótico, este sea ineficaz, complicando mucho el tratamiento.