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Vigila su glucemia en vacaciones

El periodo estival es una época de descanso y diversión. Llegan las ansiadas vacaciones de verano, los viajes y los cambios de actividades, horarios y comidas, que pueden aumentar el riesgo de alterar el equilibrio glucémico de tu hijo. Así que, no lo olvides y controla su glucosa en vacaciones.

Todos sabemos que es muy importante que el niño con diabetes lleve una vida regular y organizada en la que la administración de insulina, la ingesta de comida y la realización de ejercicio físico se desarrolle siempre a la misma hora del día. En algunas ocasiones esto es muy difícil de controlar, pero cuando llegan las vacaciones de verano es aún más complicado.

Por eso, cuando nuestros hijos están de vacaciones y más en verano, que aumentan su actividad, cambian los alimentos que ingieren y su rutina de comidas a la que estaban acostumbrados, y sus horarios se ven modificados, es importante tener especial cuidado para que sigan su tratamiento y evitar las complicaciones derivadas de una posible descompensación glucémica.

 

Cambios de horario

Para los niños la temporada estival significa acostarse y levantarse más tarde de lo habitual. Pero, despertarse más tarde, a su vez, significa que la hora de la insulina ya no coincida con las horas de las comidas y meriendas ya establecidas.

Por eso, uno de los aspectos más importantes es que durante estos días tu hijo se levante dentro de la hora y media siguiente a su horario habitual en días de colegio. Por ejemplo, si tu niño generalmente se levanta a las 8 de la mañana y se inyecta insulina a las 8.30, durante las vacaciones debes tratar de levantarlo como muy tarde a las 9.30 y que se inyecte a las 10.00 horas, y, si desea seguir durmiendo, puede volver a la cama una vez que se haya administrado su insulina y haya desayunado.

Esta pauta, la del desayuno, es la que marcará el control del resto de la jornada. De esta forma, los niños deben continuar su rutina alimenticia sin dejar de hacer su media mañana y su merienda. En el caso de que entre comida y comida haya poco intervalo de tiempo o tienes dudas sobre ello, es importante que consultes al especialista para que te asesore en cuanto a los cambios de patrones alimenticios.

 

Insulina y ejercicio físico

Los requerimientos de insulina de un niño que está todo el día sentado en clase, pueden disminuir en gran medida cuando el niño está jugando todo el día en vacaciones. El incremento de la actividad y un menor grado de estrés, contribuirán a un menor requerimiento de insulina (el estrés puede elevar los niveles de glucemia).

Además, en algunas ocasiones, la falta de apetito debido al calor puede ser un factor condicionante para que algunos niños presenten un episodio de hipoglucemia los primeros días de vacaciones, hasta que sus dosis de insulina se ajusten.

Hay que tener en cuenta y controlar el efecto de requerimiento de glucosa por parte de las células después del ejercicio. Este efecto a veces persiste varias horas tras terminar la actividad. Incluso en algunas ocasiones consigue durar de 12 a 20 horas, lo que puede ocasionar que aparezcan las temidas hipoglucemias por la noche, tras un día de bastante ejercicio.

 

No bajar la guardia

Aunque esta época represente periodos de descanso, la diabetes nunca descansa y demanda atenciones puntuales que se deben tener en cuenta como seguir cuidando la dieta, no abandonar la actividad física y ajustar la medicación si es necesario, y más en el caso de los niños.