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Bebé | 0 - 9 meses | Caries del biberón

Caries del biberón Bebé

Caries del biberón

La caries del biberón es un problema que afecta a los dientes de leche y suele avanzar rápidamente y de un modo muy agresivo, por lo que es fundamental mantenerlo a raya.  

La caries es la enfermedad más frecuente en el ser humano, pero una forma particularmente grave y destructiva que tiene esta enfermedad de presentarse es la llamada caries de aparición precoz o caries de biberón. Es una potencial amenaza para nuestros bebés que hay que tomarse muy en serio y a la que no hay que dar tregua.

 

Su aparición en los primeros dientes

Los dientes de leche son los primeros que le salen a nuestro bebé, y están menos calcificados que los del adulto; por tanto, son más propensos a sufrir caries, las cuales suelen ser más destructivas y de evolución más rápida que en el caso de los adultos.

Hay factores de tipo hereditario que pueden predisponer a sufrir esta enfermedad, haciendo que unos niños sean más susceptibles que otros. Ciertas malformaciones del esmalte como la hipoplasia de esmalte pueden contribuir a aumentar la predisposición a la caries.

La caries del biberón se da en niños muy pequeños, y suele ser muy destructiva. En un niño de corta edad, este tipo de caries puede producir graves procesos infecciosos que se traducen en la aparición de flemones locales, celulitis facial, infartos ganglionares, incluso bacteriemia sistémica.

Además, puede provocar la pérdida de la corona del diente. La desaparición de piezas dentales en niños tan pequeños ocasionará disfunciones en la deglución, la respiración y la fonación que pueden ser muy difíciles de corregir y que pueden acabar alterando el normal desarrollo músculo esquelético del rostro.

Aunque existen muchas opciones terapéuticas para restaurar los dientes perdidos en los adultos de forma bastante satisfactoria, en el caso de los niños es mucho más complicado, ya que es difícil reponer los dientes en una boca que está en continuo cambio y desarrollo.

Ten en cuenta que cuanto más sea el número de dientes afectados, más complicado es el tratamiento.

 

Lo fundamental, prevenir

Lo más importante para luchar contra el problema es concienciarse de que no se debe suplementar con azúcar los biberones de los niños pequeños y que nunca hay que mojar el chupete en ningún tipo de sustancia azucarada, y mucho menos hacerlo antes de que el niño se quede dormido. También es bueno acostumbrar al pequeño a beber en un vaso a partir de los nueve meses de edad.

Además, se recomienda acudir con el bebé al dentista cuando sus primeros dientes de leche empiezan a erupcionar, alrededor de los seis meses de vida, aproximadamente.

La higiene dental es necesaria también en un niño pequeño y son los padres quienes se tienen que ocupar de ella, ya que, evidentemente, un bebé no tiene capacidad para limpiarse los dientes. 

El dentista o la higienista dental serán los que enseñen y entrenen a los padres para realizar esta higiene. En niños muy pequeños los dientes se limpian con una pequeña gasa y, luego, el instrumental necesario para realizar la higiene bucodental se irá adaptando a la edad del niño. De hecho, existen cepillos dentales suaves y específicos para bebés. A estas edades nunca hay que utilizar pasta dentífrica, porque el pequeño se la puede tragar.