La primavera te ofrece los alimentos que te ayudarán a reponer las vitaminas y minerales que el invierno se ha llevado en forma de resfriados.

La primavera suele venir, para muchas personas, acompañada de una característica sensación de debilidad física, cansancio intenso, insomnio o inapetencia, síntomas inequívocos de lo que conocemos como astenia primaveral. Esta aparece generalmente durante las primeras semanas de la estación, cuando el cuerpo aún se está adaptando al alargamiento de las horas de sol y a los cambios de temperatura.

La astenia primaveral también aparece en niños y, aunque no es una situación preocupante, es recomendable acudir al pediatra para que pueda valorar y diagnosticar cualquier otra enfermedad que tenga síntomas similares.

Con una alimentación equilibrada lograremos fortalecer su sistema inmune y aumentar de forma natural la carencia de vitamina D consecuencia de los meses de invierno en los que la exposición solar ha sido escasa.

 

Frutas

Con la primavera llegan multitud de frutas que dan color y alegría a las fruterías como piñas, nísperos, albaricoques, cerezas, pomelos, ciruelas, fresas, etcétera.

Todas ellas sabrosas, aromáticas y ricas en una gran cantidad de sustancias antioxidantes (compuestos fitoquímicos). 

Entre las más conocidas se encuentran el licopeno (da color rojo al tomate o sandía) y los carotenoides (dan color amarillo, naranja y rojizo a melocotones, albaricoques y nísperos).

Mientas más intensidad en el color, más potencia antioxidante tienen. Es recomendable el consumo de tres piezas de fruta al día, procurando aprovechar la piel siempre que sea posible.

 

Verduras y hortalizas

En el mercado también encontramos durante esta época las verduras y hortalizas más nutritivas del año como las alcachofas, acelgas, cebolletas, apios, berenjenas, espinacas, habas, espárragos, zanahorias, lechugas y tomates.

Si las cocinamos bien, nos aportarán, en cantidades abundantes, vitaminas del grupo B, vitamina C y minerales como el hierro, magnesio, calcio  y potasio.

Algunos consejos para conservar sus nutrientes son utilizar poca agua de cocción, no introducir las verduras hasta que no esté hirviendo el agua o no pelar ni trocear las verduras (siempre que sea posible) hasta después de la cocción.

 

Legumbres

Entre las legumbres más representativas de la primavera se encuentran los guisantes, ricos en fibra dietética, fósforo, vitaminas del grupo B (B1, B3 y ácido fólico) y vitamina C.

Para evitar o reducir la flatulencia tras consumir legumbres pueden aplicarse  las siguientes técnicas:

• Romper el hervor mientras se están cociendo, retirando la cazuela del fuego durante unos minutos o bien añadiendo agua fría al agua hirviendo.
• Tomarlas en forma de puré o pasadas por el chino para quitarles la piel.
• Mezclarlas con verduras o con patatas para que resulten más suaves.
• Añadir durante la cocción condimentos carminativos como comino, anís, romero, tomillo o hinojo.
• Masticar bien los alimentos y comer y beber despacio, para así evitar tragar una cantidad excesiva de aire mientras se come. 
• Tomar una infusión digestiva como la manzanilla o poleo menta tras su ingesta.

 

Carnes

De las carnes, cabe mencionar la de cordero. Es una carne rica en el hierro, zinc, sodio, potasio, magnesio y vitamina A.

También son representativas de esta época carnes como el cerdo, pato, pollo (que pueden ser encontrados durante todo el año), además de pularda, capón, codorniz, oca, ganso y pavo.

Utiliza para la preparación de carnes técnicas bajas en grasa como el horno, la plancha, el salteado o el papillote. Evita utilizar mantequilla para cocinar y las salsas y aderezos grasos.

 
Pescados

Por último, en relación a los pescados, la primavera nos acerca a nuestras costas la caballa (o verdel). Es un pescado azul rico en ácidos grasos omega 3, calcio, fósforo y magnesio.

Su consumo, además, nos aporta vitamina A (retinol), vitaminas del grupo B y vitamina D (ayuda al organismo a absorber y fijar el calcio en los huesos).

También son pescados de primavera el congrio, merluza, bacalao, arenque, atún, bonito, anchoa, centollo, calamar y gamba.

A los niños les molesta encontrarse raspas. Para evitar este problema puedes escoger los diferentes pescados en filetes.

 

 

 

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