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Bebé | 0 - 9 meses | Su compañero el chupete

Su compañero el chupete Bebé

Su compañero el chupete

Es una buena forma de satisfacer el reflejo natural de succión del bebé, le aporta tranquilidad y es mejor para él que chuparse el dedo. Conócelo a fondo.

Todos los bebés realizan una succión no nutritiva que es una necesidad que tienen, al menos, hasta los ocho meses de edad. Por ello el chupete es un compañero que tiene un efecto tranquilizador para los más pequeños de la casa, ya que consigue satisfacer esa necesidad constante de succión. Eso sí, debemos esperar un poco para dárselo al recién nacido, concretamente no es recomendable que lo hagamos antes de las tres semanas de vida, ya que puede interferir en la lactancia.

Desde ese momento ya no debemos negárselo, porque es muy probable que comience a chupar otras cosas que tenga a su alcance, generalmente uno de sus dedos. Pero tampoco le forzaremos a que lo use. Cada bebé es distinto y cada uno marcará las pautas.

A su favor cuenta con que diversos estudios han demostrado que, junto a otras medidas, es beneficioso para impedir la muerte súbita del lactante. Sin embargo, es importante tener en cuenta que otros muchas investigaciones indican que es perjudicial para el lenguaje, por lo que lo más adecuado es limitar su uso durante el día. Podemos dejárselo al niño en momentos puntuales, pero mientras esté entretenido y no lo necesite para tranquilizarse, es mejor quitárselo. Así nada impedirá que tenga problemas con sus primeras palabras y gorjeos.

Aproximadamente en la segunda mitad del primer año deberemos comenzar a limitar su uso. Con ello evitaremos algunos problemas bucales como que se obstaculice la formación de la arcada mandibular, por ejemplo.

Lo mejor es quitarle al bebé el chupete de una vez, en lugar de paulatinamente. Normalmente, pasada la primera semana de inquietud, el niño se olvidará de él.

Así, aproximadamente a los dos años ya no debería utilizarlo.

 

¿Cómo debe ser?

Ni muy grande, ni muy pequeño; se debe ajustar a la boca del niño para permitirle respirar bien. Procuraremos que sea de una sola pieza y a partir de ahí ya podremos elegir otras opciones que hay en el mercado, como que sea anatómico. De hecho, las marcas cada vez los hacen con formas más adaptadas al paladar del bebé, para evitar deformaciones. Lo que sí es recomendable es que tenga orificios de ventilación, lo que evitará irritaciones.

Respecto a la tetina, según la normativa europea, no debe tener una longitud superior a 30 mm. Podemos elegirla de látex o de silicona. El látex es una goma natural, blanda, resistente y elástica que tiende a absorber los olores. Si escoges esta opción, tendrás que cambiar el chupete a menudo. 

La silicona también es blanda y elástica, pero menos resistente, por lo que está más indicada para bebés más pequeños, sin dientes.

 

Pautas de limpieza

Es esencial que el chupete guarde una medidas de higiene. Antes del primer uso, deberemos esterilizarlo y seguir con esta práctica al menos, cada dos días. Si al acabar de esterilizarlo se cae al suelo de casa, podemos lavarlo simplemente con agua y jabón. Cuando el chupete ya esté muy desgastado (pudiendo incluso presentar riesgo de rotura), debemos cambiarlo; más o menos cada dos meses.