Un animal de compañía puede ser el compañero perfecto que acompañe a nuestro hijo en su desarrollo. Tan solo hay que tener algunas precauciones en la convivencia. 

Los vínculos que se establecen con una mascota pueden llegar a ser realmente intensos. Y esa relación trae implícito un bienestar. Por lo tanto, puede ser muy beneficioso que a nuestros niños les proporcionemos la oportunidad de tener una mascota.

Pero tener un animal de compañía también puede suponer riesgos, por lo que es fundamental amaestrar al animal y educar al niño para que lo respete y no lo moleste en ciertas situaciones.

Además, es importante tener en cuenta que el animal no es un ser humano y, consecuentemente, no hay que intentar humanizar a la mascota. Un perro es feliz haciendo vida de perro, lo que garantiza su estabilidad emocional e integración en la familia.

 

¿Cómo elegir una mascota?

Para elegir el animal adecuado es recomendable acudir al asesoramiento de  expertos, como los veterinarios, ya que ellos son quienes mejor conocen el comportamiento de los animales.

Además, para las familias con niños menores de cinco años, no se aconseja tener tortugas, lagartos o serpientes, por los riesgos para la salud que conllevan (los sistemas inmunitarios de estos pequeños aún no están completamente desarrollados).

• Perros: deben ser vacunados y desparasitados y, como normas generales, hay que enseñar a los niños a respetarlos, a guardar cierta distancia, a tener cautela y a no molestarlos nunca cuando estén comiendo o durmiendo.
• Gatos: son muy tiernos y dóciles, y tienen un temperamento tranquilo. Adquieren un fuerte vínculo emocional con sus dueños y son excelentes compañeros para los niños, ya que les gusta mucho el juego. Además, se cree que tienen un poder terapéutico, que se realiza a través del ronroneo, ya que su sonido tranquiliza y ahuyenta los pensamientos depresivos, cura trastornos del sueño y regulariza la actividad metabólica. También necesitan vacunas y antiparasitarios.
• Hámster: tienen una vida breve, de tan solo dos o tres años. No son aptos para niños muy pequeños.
• Aves: los canarios y los cardenales son buenas mascotas, pero no pueden ser sacados de sus jaulas, por razones obvias. Los papagayos, las cotorras y los loros no son aconsejables para niños menores de 12 años.
• Tortugas: viven unos 25 años, pero son muy delicadas de salud, ya que pueden enfermar fácilmente.
• Peces: también son muy delicados, requieren mucha atención, una alimentación especifica y peceras apropiadas.
• Conejos: son tiernos, adorables y tranquilos. Además, tienen la ventaja de que no contraen enfermedades que afecten a los humanos.

 

Beneficios de las mascotas

A nivel socioeducativo

• Le ayudan a socializarse, a la vez que elevan su autoestima y le aportan sensación de seguridad.
• Al participar de su cuidado, los niños aprenden a ser responsables, a amar al prójimo, a ser generosos y a tener disciplina.
• Su compañía genera liberación de serotonina (sustancia que se relaciona con los estados de ánimo), por lo cual, aumenta la sensación de felicidad.
• El contacto diario con los animales desarrolla la creatividad, la curiosidad y el aprendizaje en los niños.
• Les ayudan a desarrollar el sentido de la convivencia y el respeto por los demás.
• Les ayuda a aumentar la empatía, y se hacen más participativos en el deporte.
• Los niños que conviven con mascotas, entienden mejor los extremos vitales, como el nacimiento y la muerte, o también les aportan conocimientos sobre el sexo y la reproducción.
• Otorgan un gran aporte de amor, compañía y ternura.
• Tener animales en el hogar aumenta la cohesión familiar, ya que es mayor el tiempo compartido alrededor de una mascota.

 

Beneficios para la salud

• Ayudan a que los niños sean menos agresivos al disminuir el estrés.
• Reducen el sedentarismo, por que se incrementa la actividad física (simplemente los paseos con el perro, por ejemplo).
• Regulan la tensión arterial y la frecuencia cardiaca (solo por acariciar o recibir caricias de la mascota).
• Diversos estudios han comprobado que los niños que viven con mascotas tienen un sistema inmunológico más fuerte y enferman menos.
• En los niños con problemas de conducta mejoran su destreza motora, la interacción verbal, aumentan la atención y la memoria.

 

Riesgos a evitar

A pesar de que son muchos los beneficios, también hay que tener en cuenta ciertas cosas cuando convivimos con un animal de compañía. Uno de los aspectos más importantes es que las mascotas pueden transmitir enfermedades. Estas son algunas de las enfermedades que nos pueden transmitir:

• Perros: la rabia, la leptospirosis, la gastroenteritis, la tiña, la sarna, la toxocariasis e hidatidosis, pulgas y garrapata y leishmaniosis.
• Gatos: la toxoplasmosis, la enfermedad por arañazo de gato, la gastroenteritis o la tiña.
• Pájaros: la psitacosis.
• Tortugas: la salmonellosis.