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Niño | 2 a 6 años | Se muerde las uñas

Se muerde las uñas Niño

Se muerde las uñas

El mal hábito de morderse o comerse las uñas suele realizarse de forma inconsciente y si no se corrige, a la larga, puede ocasionar problemas mayores que los estéticos.

La onicofagia puede aparecer antes de los tres años en niños pequeños que comienzan en un principio chupándose el dedo y terminan comiéndose las uñas. Tanto los niños como las niñas se muerden las uñas en la misma proporción durante los primeros años de vida; no obstante, a medida que crecen, son los niños los más proclives a continuar con este mal hábito.

 

Graves consecuencias

La onicofagia cronificada y convertida en mal hábito puede tener graves consecuencias:

  • Infecciones bacterianas (panadizos), víricas (verrugas) y por hongos en los dedos y lecho periungueal traumatizado, llegando, en ocasiones, a la mucosa oral.
  • Maloclusiones de las arcadas dentarias, malposición de los dientes e incluso interferencia sobre el crecimiento normal y la función de la musculatura orofacial.
  • Dificultad para hablar bien y ser objeto de burlas en la escuela con seguro influjo sobre su adecuado rendimiento escolar.
  • Interferencia en sus relaciones sociales.

 

Cinco pasos para tratar la onicofagia

  • Explícale la importancia del problema. La inteligencia del niño captará rápidamente, en muchos casos, la inconveniencia de este mal hábito ayudando a su erradicación. A los más pequeños habrá que distraerles y desviar su atención a otras cosas de su interés.
  • Intenta evitar la exposición del niño a las situaciones desencadenantes de ansiedad, nerviosismo, cansancio, inseguridad, aburrimiento o estrés. El cariño permanentemente manifestado es el mejor estimulante de la autoestima del pequeño.
  • Solicita la ayuda y el apoyo necesarios en los ambientes en que se desenvuelve el niño: familiar, escolar y social, contribuyendo así a su cada vez mejor adaptación conductual.
  • Mejora el aspecto de sus uñas, sobre todo en niños mayorcitos, mediante la manicura, recortando, limando e incluso pintando las uñas con algún esmalte incoloro y de amargo sabor. Cultiva la normal coquetería de niños y niñas estará plenamente justificado.
  • Propicia el autocontrol conductual: aplaudiendo sus éxitos cuando se deja de morder las uñas, y disculpando sus fracasos en caso de recaída.