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Campamentos de verano Niño

Campamentos de verano

En colonias, granjas escuela, campamentos en plena naturaleza… Tus hijos tienen un montón de opciones para jugar, relajarse y aprender de forma divertida.

Los pequeños de la casa tienen las vacaciones por delante y, además de pasar más tiempo con sus padres y disfrutar en familia, se lo pasarán bomba en un campamento. Allí contarán con la atención de profesionales y podrán hacer un montón de actividades, desde las más lúdicas a otras más educativas, como aprender un idioma.

Sin duda toda una experiencia que les ayudará a descubrir nuevas pasiones, a hacer actividades que no puede realizar normalmente y a madurar. De hecho, este tipo de experiencias estimulan la autonomía del niño y contribuyen a que aprenda a convivir con oras personas, desarrollando sus habilidades sociales.

 

Cuenta con el niño

Para que sea una experiencia agradable y constructiva, es conveniente de que antes de que elijas un campamento, lo consultes con tu hijo, sobre todo si es la primera vez que va a asistir. Como las opciones son muy variadas, intentad escoger una que se oriente a alguna afición del niño y que tenga una duración adecuada para él. No tiene sentido enviarle a un campamento deportivo si no le gusta el deporte. Igualmente, para un  niño que vaya a tener su primera experiencia fuera de casa, sin sus papis cerca, unos pocos días pueden ser suficientes.

Además, en la elección del campamento hay que considerar si queremos que sea meramente lúdico, o que cuente con un proyecto educativo, en el que las actividades estén orientadas a que el niño aprenda.

Finalmente, una vez tomada la decisión, es importante asegurarse de que el campamento es fiable, de que las personas que van a responsabilizarse de tus hijos están preparadas para ello (es aconsejable que tengan titulación), de que cuente con la seguridad necesaria… En definitiva, que no os de reparo preguntar e informaros de todo lo que consideréis oportuno. 

 

¿Está preparado?

Probablemente tú “sufras” más con la ausencia de tu hijo que él. Es normal, sobre todo si es su primera vez, que surjan algunas dificultades, pero poco a poco el niño irá superándolas y seguro que al final la experiencia resulta muy positiva. El pequeño puede sentir nostalgia o llorar cuando hable con vosotros, pero seguro que al momento se les pasará y se pondrá a jugar con normalidad. 

Además, si piensas que tu hijo es demasiado pequeño, ten en cuenta que hoy por hoy se organizan campamentos para niños desde muy corta edad, aproximadamente desde los cuatro o cinco años.

Piensa que todo está planificado para que se adapte a ellos y que si los demás niños pueden disfrutarlo y aprender de la experiencia, por qué no lo va a hacer tu pequeño.

 

Bien equipado

A la hora de preparar la bolsa de viaje, tenemos que procurar que el niño cuente con todo lo que necesita. Lo habitual es que la propia organización del campamento os proporcione una lista de lo que el pequeño tiene que llevar y lo que no debe meter en la maleta (como dinero, un teléfono móvil, una videoconsola…). Además, el equipaje variará mucho si el niño va de acampada, donde el saco de dormir no puede faltar, o si va a una colonia más urbana.

Lo que es importante es procurar que la ropa que lleve no sea muy nueva, porque seguro que alguna prenda sufrirá “desperfecto” o incluso se perderá algo. Por eso, es muy recomendable ponerle alguna etiqueta identificativa o coser el nombre del niño a su ropa y sus objetos personales.     

También, si el niño lo requiere, puedes meter su juguete o su peluche preferido, que le hará compañía, sobre todo por las noches.

Por último, si el pequeño sufre alguna enfermedad, no te olvides de sus medicinas.

 

Varias opciones

Los clásicos campamentos que consistían en acampadas o salidas a la naturaleza, cada vez van dejando paso a otros más variados, con actividades de todo tipo (los llamados campus). A las actividades relacionadas con el medioambiente, las excursiones, la observación de animales y plantas, por ejemplo, se van sumando clases de idiomas, talleres de magia, teatro, actividades científicas, rutas a caballo, clases de música, visitas a museos, rafting o todo tipo de actividades multiaventura… Sin olvidar, las granjas escuela donde los niños están en contacto directo con el mundo rural y aprenden a ordeñar vacas, a recoger huevos, a hacer queso o a preparar pan, entre otras actividades.

Además, podemos optar por campamentos de solo una jornada, en los que el niño va a dormir a su casa, pero durante el resto del día realiza numerosas actividades. Estos suelen ser en el ámbito urbano.

 

¿Qué le pido a un buen campamento?

  • Que sea limpio, seguro y cómodo.
  • Que disponga de personas con formación adecuada.
  • Que ofrezca completa información acerca del traslado, el alojamiento y todas las actividades que realizará el niño.
  • Que sea abierto y el niño pueda tener comunicación constante con vosotros, incluso podáis visitarle.
  • Que exijan un certificado médico y una referencia detallada acerca de los cuidados que necesita el niño.
  • Que cuente con personal médico o esté cercano a un centro sanitario.