El dolor de tripa es muy frecuente en los niños y es una de las primeras causas de consulta al pediatra. Afortunadamente, en pocas ocasiones va a necesitar tratamiento médico específico.

Cuando a un niño le duele la tripa, generalmente, los padres quieren aliviarlo lo más rápido posible y recurren al uso de medicamentos analgésicos, lo cual es erróneo, ya que estos pueden enmascarar, en algunos casos, la evolución de alguna enfermedad, por ejemplo, la apendicitis. Por eso nunca se debe dar al niño medicamentos por cuenta propia, sino que siempre deben ser prescritos por el pediatra.

 

Dolor en lactantes

En los lactantes el dolor puede estar causado por varias razones, por ejemplo los gases, si el dolor es por gases, hay que revisar si respiran mal por la nariz por un catarro nasal, que se trataría con suero fisiológico y aspiración de secreciones. Si toma el pecho, es necesario vigilar que la posición para la lactancia sea la adecuada y que el niño respire perfectamente por la nariz, así como que no permanezca excesivo tiempo mamando.

Si recibe lactancia artificial, igualmente hay que revisar la posición del biberón para que la tetina esté siempre llena de leche y también controlar que el agujero de la esta es el adecuado.

Por otra parte, el malestar puede estar ocasionado por los cólicos del lactante, en este caso lo más importante que hay que saber es que no hay ningún tratamiento específico para aliviarlos y que el cuadro desaparecerá por sí solo alrededor de los tres meses.

La intolerancia a la lactosa es otra de las causas del dolor de tripa. En estos niños se deberá suprimir de su dieta, cuanto antes, la leche y sus derivados, así desaparecerá el dolor.

En los niños estreñidos, que igualmente pueden sufrir estos dolores, el aumento de la ingestión de líquidos y una dieta rica en frutas y fibra, conducirá a la desaparición de los síntomas.

 

También por estrés

Otro tipo de dolores son los que se producen en niños mayores y están relacionados con situaciones de estrés como pueden ser el hecho de acudir a la escuela o guardería, cambiar de colegio, salir de viaje, tras el nacimiento de un hermano, etcétera. Si se debe a alguno de estos casos y el niño no tiene otros síntomas acompañantes, con tranquilizar al niño, acompañarle en sus desplazamientos y darle seguridad será suficiente para solucionar el problema. Si persiste es entonces cuando se deberá consultar con el pediatra que indicará el modo de proceder en estos casos y si se debe recurrir a la medicación.

 

Por golosinas

Algunos niños presentan dolor de barriga tras la ingestión de caramelos y chicles, más frecuente cuantos más ingieren. Puede ser debido a varios componentes de estos productos: la fenilalanina, la lactosa o el sorbitol. Todos ellos en exceso pueden producir gases, dolor de barriga y diarrea. El sorbitol lo contienen especialmente los chicles y caramelos sin azúcar. Para aliviar los síntomas bastará con suprimirlos de la dieta.