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¿Cómo evitar la sobreprotección? Niño

¿Cómo evitar la sobreprotección?

No queremos que sufran, intentamos hacerles la vida más fácil y en ocasiones les sobreprotegemos demasiado. Confía en la iniciativa de tu hijo y practica una educación hacia la independencia.

En ocasiones los padres no dejamos actuar a nuestros hijos, nos anticipamos a sus movimientos y no permitimos que desarrollen la iniciativa necesaria. Les sobreprotegemos para evitar que se hagan daño, dado que en el fondo, no confiamos en su capacidad para sortear las dificultades que les vayan surgiendo. Esto más que suponer un beneficio para el pequeño, en el futuro puede perjudicarle.

Los niños aprenden a ser autónomos en las pequeñas actividades diarias de casa o del colegio, y muy pronto quieren demostrar que “son mayores”; algunas habilidades como abrocharse y desabrocharse el abrigo, comer solos, recoger los juguetes y materiales, poner la mesa… les ayudarán a sentirse importantes y fomentarán una autoestima positiva.

 

Dale alas

Querer “hacer la vida más fácil” a nuestro hijo, sobreportegerle, puede desembocar en que muestre un comportamiento dependiente, introvertido, sin fuerza de voluntad, con alto grado de tiranía, donde busca la obtención de una ayuda inmediata que le conduce a exigir en cada momento la satisfacción de sus demandas, renunciar a las propias responsabilidades, necesitar la continua ayuda y aprobación para actuar, “no realizar esfuerzos”, la inseguridad… En muchos casos, los adultos fomentan las conductas más infantiles de lo que corresponde a la edad. Los niños no son autónomos porque determinadas cosas se las hacen sus padres, “les sale mejor” (desconfianza) y “tardan menos tiempo” (impaciencia). El resultado futuro: una personalidad débil e insegura, el desarrollo de ansiedad o de angustia de separación, y el miedo a crecer.

 

Escucha y respeta sus decisiones

Cada niño tiene su propio ritmo evolutivo y no conviene agobiarse demasiado si observas que tu hijo no tiene la misma soltura que otros para realizar algunas tareas. Si los adultos vemos que “no llega al nivel” en algunos casos, ¿por qué nos cuesta tanto ver que sí va por delante en otras actividades? Así, la mejor forma de ayudarles es conocer las verdaderas capacidades de nuestros niños y darles la oportunidad de hacer las cosas de la manera que ellos pueden y saben; puede ser que se equivoquen al principio, que no hagan aquello que les ocupa de la mejor manera posible, pero el error, siempre que aprendan algo de él, les servirá para mejorar día a día; sobre todo hay que escucharles cuando dicen que quieren hacer algo solos, que ya saben hacerlo porque son mayores, y fomentar esa buena disposición para avanzar en su autonomía, que en definitiva favorecerá sobremanera su propia autoestima.

 

Responsables en todas las áreas

Existen diversas áreas que pueden y deben trabajarse para que los niños vayan adquiriendo determinados hábitos que les ayuden a ser cada vez menos dependientes de los mayores.

 

  • Comunicación: debemos darle el mayor número de herramientas posible, y eso se consigue hablando mucho con él y no anticipándonos a sus verbalizaciones, sino dejándole hablar y dar forma a sus propias ideas, ayudándole después para concretar mejor.
  • Aspecto social: es bueno hacerle entender que los demás son importantes y que tienen sus propios sentimientos y deseos, que hay que tratarles con respeto sin dejarse avasallar y que es necesario compartir y controlar los propios impulsos para una convivencia pacífica y enriquecedora, donde vivir en comunidad de una forma educada (utilizando “palabras mágicas” como “por favor” o “gracias”) abre muchas puertas y facilita la vida en común.
  • Campo académico: deben efectuarse de una forma progresiva aquellos aprendizajes que le servirán para la vida (leer, escribir, calcular…) a la vez que va adaptándose a ciertos horarios y normas que complementan a las del propio hogar. Al igual que ayudan en casa a hacer la comida o a colocar su ropa o sus juguetes, se hacen responsables preparando su cartera para el día siguiente, con los deberes hechos si por su edad ya corresponde.
  • Salud: es importante que aprenda pautas para su higiene, comida, vestuario, horarios de sueño y para la autoprotección frente a estímulos perjudiciales (alimentación inadecuada, programas de televisión o juegos no recomendables, compañías agresivas…).