¿Cómo saber si lo estamos haciendo bien con su educación? Existen siete aspectos que son necesarios fomentar para lograr un desarrollo y una personalidad adecuada.

 

1. Debes asumir riesgos

Queremos protegerles, que nos les pase nada, queremos evitar que sufran… Es una situación natural e instintiva de cualquier especie con respecto a su descendencia, pero es fácil pasarse de la ralla y hacer que lo que es una forma de velar por su bienestar pase a convertirse en una protección excesiva que coarte el desarrollo de su autonomía y de ciertas capacidades. 
Tu hijo necesita asumir ciertos riesgos para su correcta evolución. Para que crezca de forma sólida y coherente con vuestros valores, acompáñale en su desarrollo, pero respetando cierta autonomía.

 

2. Debes darle libertad

Los niños son como pequeños pájaros que necesitan volar para explorar su entorno, y si cortamos sus alas truncaremos su capacidad para crecer con libertad.
Necesitan moverse dentro de un ambiente donde puedan desarrollar juegos libres, sin estructuras y donde ellos se organicen por sí mismos. Así potencian sus relaciones sociales y aprenden a resolver conflictos; los problemas que puedan ir surgiendo serán una magnífica oportunidad para superarse y crecer.
La presencia de un adulto, que supone un símbolo de autoridad en sus juegos, conviene que sea prácticamente imperceptible, con la finalidad de que ellos puedan establecer sus propias reglas y de que sean capaces de ir adoptando sus propias decisiones, sin sentirse coartados. Vigílale en su juego, pero no intercedas por él.

 

3. Debes ponerle límites sanos

Necesitan una sana disciplina y cierto orden para crecer de manera equilibrada, y por eso es necesario marcar límites. Hay reglas y estructuras son necesarias y debemos velar por su mantenimiento, sin hacerlo de una forma obsesiva. Es decir, debe existir cierta flexibilidad y mucha coherencia en cuanto a palabras y actuaciones… lo que ayudará a la formación de una correcta autodisciplina.
Actúa con coherencia y sé constante en el día a día, dejando muy claro qué es lo que está bien y qué es lo que está mal, así tu hijo irá interiorizando esos patrones que se adecuan a una determinada estructura familiar, con unos valores presentes en su desarrollo.

 

4. Debes enseñarle a esforzarse

Desde el principio es conveniente que los niños se den cuenta de que lo obtenido debe ser proporcional y equilibrado con el esfuerzo realizado, nuestra respuesta no ha de ser un “sí” inmediato ante cualquier petición o deseo. No les estamos ayudando cuando accedemos a todo lo que nos piden, pues de esa manera estamos haciendo que nunca puedan aceptar un “no” como respuesta y no serán capaces de canalizar adecuadamente las frustraciones que, con toda seguridad, tendrán a lo largo de su vida.
Para que adquiera hábitos positivos repite con él conductas apropiadas, así irá asumiendo comportamientos mejores y maduros. Recuérdale que, para conseguir las cosas, necesita esforzarse y predica con el ejemplo.

 

5. Debes valorar la amistad

Los amigos son un elemento fundamental para el desarrollo de su personalidad y le ayudan a conocerse a sí mismo. Busca ocasiones en las que tu hijo pueda relacionarse y hacer amigos. Esto es muy importante para su desarrollo, dado que con la amistad adquiere habilidades sociales, desarrolla una mayor capacidad para la resolución de conflictos, aprende a compartir y a ponerse en el lugar del otro (empatía), a la vez que desarrolla su propia identidad. Esto le ayuda a crecer y, en definitiva, a madurar en el seno de la sociedad.

 

6. Debes aplaudir su actitud

Los niños necesitan saber que se les quiere y respete, tenemos que decirlo y verificar que les llega el mensaje de forma clara, sin dudas ni condiciones, valorando aquello que hacen bien y mostrando siempre nuestro apoyo a su buena actitud, aunque no siempre obtengan los mejores resultados.
Conoce los gustos e intereses de tu hijo y pasa tiempo con él para valorar lo que hace. Reconoce lo que ha llevado a cabo y no solo lo que no ha hecho u omitido, ya que los niños esperan y agradecen que no se destaquen exclusivamente sus faltas y áreas de mejora. Al valorar lo que hace le ayudamos en el desarrollo de su autoestima y personalidad.

 

7. Debes enseñarle a ser responsable y comprometido

Nuestros actos tienen consecuencias que hay que asumir. Darle ciertas responsabilidades es ayudarle a entender que existen acciones y consecuencias que dependen de él; debe realizar las tareas encomendadas con seriedad y llevarlas a cabo de la mejor manera  posible.
Delega tareas en él, en función de su edad, y realiza un seguimiento de sus acciones. Eso le ayudará a ser más autónomo y a tener más seguridad en lo que hace, como puede ser recoger su habitación, guardar sus juguetes, ayudar a poner la mesa… y siempre con tu acompañamiento a una distancia adecuada, para ayudarle a mejorar.
Puedes premiar, de palabra o con alguna recompensa material, de vez en cuando, las responsabilidades cumplidas.