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Niño | 2 a 6 años | Tiene dos años y apenas habla

Tiene dos años y apenas habla Niño

Tiene dos años y apenas habla

A esta edad, tu hijo ya debería empezar a “parlotear” más fluidamente, pero si no es así, no tiene porque significar que sufra un retraso del lenguaje. Cada niño tiene su ritmo.

Son muchos los padres que asisten a la consulta del pediatra con la misma pregunta: “mire doctor, mi hijo tiene dos años y apenas habla, ¿es normal?”. Y es que, hoy en día, junto a los controles de peso, talla, calendario vacunal, etcétera, el desarrollo psicomotor del niño es uno de los temas que más preocupan a los padres y educadores. En las revisiones habituales que se hacen a los pequeños, ya sea el centro de salud o en centros hospitalarios, será el pediatra el que se encargue de valorar el desarrollo, tanto físico como mental del niño; centrándose fundamentalmente cuatro áreas:

  1. Movimientos finos: coger una cuchara, un lápiz…
  2. Movimientos gruesos: andar, subir escaleras…
  3. Área psico-social: decir adiós con la mano, jugar con otros niños…
  4. Área del leguaje: decir “ta-ta-ta… ma-ma-ma…”, juntar dos o tres palabras…

 

Aprendiendo a hablar

Podemos resumir el desarrollo del lenguaje de nuestros hijos, por edades, de la siguiente manera:

  • De 0 a 1 mes: se comunica a través del llanto, buscando cubrir sus necesidades.
  • A los 3 meses: emite sonidos guturales: “ga, ga” “gu, gu”.
  • A los 6 meses: emite las primeras sílabas: pa, ma, ta…
  • A los 8 meses: parlotea, repite sílabas: “ma-ma”, “ta-ta”.
  • A los 12 meses: imita la entonación y dice dos o tres palabras simples como mamá, pan, etcétera.
  • A los 18 meses: dice unas 10 palabras, y ya señala partes de su cuerpo.
  • A los 2 años: comienza a usar frases cortas de unas dos o tres palabras.
  • A los 3 años: esta es una fase de mayor incremento de vocabulario en el que el pequeño conversa con los demás.
  • A los 4 años: domina la gramática, usa pronombres, verbos, artículos; usa preguntas ¿por qué?, ¿para qué?…

Por tanto, a los dos años todavía los niños están en una fase inicial en la que no tienen que ser unos grandes oradores, pero sí que es habitual que ya empiecen un mayor desarrollo del lenguaje.

Para valorar las distintas áreas del desarrollo psicomotor del niño, incluida la del lenguaje, los pediatras utilizan distintos test. El test de Denver II y el de Llevant-Haizea son de los más usados y, según los rangos de edad, intentan averiguar si coincide la edad del niño con la edad del desarrollo psicomotor. Para ello, se le realizan a los padres varias preguntas como si los pequeños hacen torres de cubos, si juegan, cuántas palabras dicen, si se visten solos…   

 

¿Mi niño es normal?

El término “normal”, significa simplemente, lo que la mayoría de los niños hacen en un tiempo “esperado o deseado”; consideración que está basada en criterios consensuales y/o estadísticos. Pero todos sabemos que los niños no son datos estadísticos, y que cada pequeño es un ser individual, y como tal, se debe valorar su desarrollo.

Cabe reseñar, que el desarrollo del lenguaje, como expresión verbal, suele ser posterior a la compresión del mismo, es decir, que primero los niños nos deben comprender para poder expresarse.

Si un niño, a los dos años, no utiliza frases cortas de dos o tres palabras, o a los 18 meses, no usa una decena de palabras, se puede considerar un “hablante tardío”, y será el pediatra el que deberá valorar la situación del pequeño. En la mayoría de las ocasiones, se va a tratar simplemente de un retraso simple del lenguaje, que supone una aparición más tardía del lenguaje, pero normal al fin y al cabo. Para llegar a catalogar a un niño con un retraso simple del lenguaje, antes tu pediatra deberá haber descartado que “oiga bien” (no presenta hipoacusia), que recibe un “estímulo adecuado” para el desarrollo de su lenguaje (padres sordomudos), y que no presenta características de algún problema global del desarrollo, como, por ejemplo, parálisis cerebral u otras lesiones neurológicas que afectan al lenguaje (autismos, epilepsias afásicas…). Así pues, una vez que el pediatra o el neuropediatra ha descartado la presencia de alguno de estos problemas que pueden influir en le desarrollo del lenguaje, lo que habría que hacer es seguir una serie de pautas y consejos para mejorar el desarrollo lingüístico del niño. Porque el tiempo que pasamos con el niño, nunca es un tiempo perdido.

 

Estímulo y cariño

La mayor parte de los niños que no alcanzan los “ítems” del desarrollo del lenguaje, se puede decir que sufren de retrasos simples; y la mayoría mejoran aunando esfuerzos, es decir, mediante la estimulación, entre la familia y la guardería o escuela infantil, facilitando a los niños la comunicación e invirtiendo tiempo en ellos. Cuando nos encontramos con niños, ellos necesitan un cien por cien, tanto de tu estímulo, como de tu comprensión del problema. Tu pediatra será el se encargará del seguimiento de los controles posteriores y ver la evaluación del niño y su entorno.

 

Diez consejos para estimularle

  1. Háblale y comunícate con el niño desde que es bebé, verás como emite sonidos, balbuceos y luego palabras.
  2. Responde verbalmente y con mucho afecto a sus llamadas
  3. Juega a hacer sonidos con los labios (soplar, hacer “pedorretas”…).
  4. Intenta vocalizar bien las sílabas y las palabras, de forma clara y lenta.
  5. Enséñale canciones sencillas y cortas, acompañadas de gestos y palmadas.
  6. Enséñale vocabulario, nombrando las cosas que él te va señalando.
  7. Léele cuentos y muéstrale los dibujos y las láminas.
  8. No presiones al niño, ni lo corrijas en exceso al utilizar mal los verbos. Repítele las cosas una vez, y con una sonrisa.
  9. Facilítale la comunicación, que pida las cosas a través de palabras o frases.
  10. No olvides felicitarlo cuando lo haya hecho bien, si puede ser, con un fuerte abrazo.