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Consejos para un uso racional del móvil Niño

Consejos para un uso racional del móvil

El uso del teléfono puede divertir y entretener, pero hay que evitar que se convierta en una compañía permanente del niño. 

Con el teléfono móvil es posible comunicarnos, jugar a los videojuegos, hacer fotos, grabar vídeos o conectarnos a Internet… muchas funciones que nos hacen la vida más cómoda y fácil. Sin embargo, cuando todo esto va más allá, puede surgir una adicción y dependencia hacia el aparato. Y los niños no son ajenos a esto. De hecho, cada vez empiezan a disponer de un móvil en edades más tempranas.

 

Tú eres su modelo

Los niños aprenden a dirigir su propio comportamiento imitando a sus padres, principalmente. Por tanto, para que el niño no utilice el teléfono móvil de forma descontrolada, es bueno que sepa establecer, por sí mismo, los límites oportunos. Y puede aprenderlo si sus padres le enseñan. Primero, indicando cuáles son los límites y exigiendo su cumplimiento; y, en segundo lugar, ejerciendo como modelo: tratando de dar ejemplo con un uso adecuado del teléfono. De este modo, se favorece que el móvil no se convierta, a nivel mental, en una “compañía permanente”.

 

Una obsesión

Un niño con adicción al móvil se pasa horas con el teléfono, dedicándose a ello durante la mayor parte de su tiempo libre. Ello conlleva robarle minutos al sueño y distraerse durante la realización de actividades como, por ejemplo, las que se realizan en clase. Algunas de las consecuencias que esto provoca son cambios bruscos en el estado de ánimo y carencias en el control de impulsos. Sin olvidar los problemas de comunicación que dificultan las relaciones sociales, aislamiento, dificultades para escribir correctamente o cansancio, entre otros.

 

A partir de una edad

Aunque no existe una edad específica para que el niño pueda usar el teléfono, a nivel orientativo no es recomendable que lo haga antes de los once o doce años. Antes de esa edad difícilmente se encuentran motivos que justifiquen que el niño posea un teléfono, si no es para utilizarlo como un juguete. Algo nada aconsejable.

Desde los once años en adelante (aproximadamente) el niño puede necesitarlo si pasa más tiempo alejado de sus padres, sirviéndole como vía rápida para comunicarse con ellos y viceversa. Incluso, la posibilidad de que un niño posea móvil, puede entenderse como una oportunidad para que aprenda a desarrollar su capacidad para asumir responsabilidades.

Por otro lado, en esa época empiezan a agudizarse en el niño las ganas de sentirse independiente. Y el uso móvil es una forma de saciar ese sentimiento. Es importante que su compra no suponga un esfuerzo para la economía familiar y su uso debe tener ciertos límites.

 

Consejos para un buen uso

  • No permitas que lleve el móvil consigo a la hora de hacer los deberes o de realizar cualquier tipo de actividad que exija concentración.
  • Favorece que el móvil no sea su principal instrumento de comunicación, participando, por ejemplo, en actividades donde su uso resulte imposible, por ejemplo, algún deporte.
  • Asigna un gasto mensual tope para que aprenda a auto-administrarse. Que entienda que el teléfono tiene un coste y no puede utilizarse sin restricciones.
  • Mantén sus rutinas. No hay que modificar las rutinas del niño previas a la existencia del móvil.
  • Enséñale que, aunque el móvil puede usarse por diversión, no es ésa su principal función.