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¿Por qué no deberías dar cachetes a tu hijo? Niño

¿Por qué no deberías dar cachetes a tu hijo?

La “técnica del bofetón” (cachete) enseña al niño una forma de reacción basada en la violencia que va a condicionarle durante toda su vida. Además de dañar su autoestima.  

El cachete, bofetón o azote no deja de ser el reflejo y el resultado de la propia frustración de los educadores cuando no saben cómo actuar. Este castigo físico, además de no cumplir una función educativa, no enseña el respeto a los padres, sino a temerlos.

No es sencilla la actuación de los padres y educadores cuando se requiere un escarmiento por una conducta no deseada del niño. Al niño no hay que pegarle, darle cachetes o azotes, pero tampoco se trata de “mirar hacia otro lado” cuando se produce la conducta inadecuada por parte del niño. Con esta opción el resultado no suele ser el deseado, pues no le estamos dando al niño puntos de referencia sostenidos ni le estamos definiendo de manera clara y lógica los límites de su actuación, por lo que tenderá a manipular las situaciones a su antojo. Esto tiene un efecto aún más devastador en un futuro, pues si a los 8 o 9 años es ciertamente manejable, con 15 años la labor se hace casi insuperable.

 

Consecuencias indeseadas

Las consecuencias que puede tener el castigo físico son:

  • Efectos negativos sobre la autoestima, que pueden repercutir de manera importante en el  futuro.
  • Dificultades de relación con otros niños. Al comprobar que con la violencia se consiguen los objetivos esperados, puede aplicar esos mismos esquemas con sus iguales.
  • Falta de comunicación con los padres. Esto se va acentuando con el paso del tiempo y, del mismo modo, el refuerzo del mecanismo de la mentira para eludir el castigo.
  • Frustración por parte de los padres cuando la “técnica del bofetón”, va perdiendo efecto a medida que el niño va creciendo.

    

Lo que sí debemos hacer

Nuestras actuaciones deben basarse en unos principios lógicos de actuación acordes con nuestra propia escala de valores, transmitidos a los niños con razonamientos sencillos y que sean consistentes en el tiempo.

También es importante anticipar las consecuencias de un acto para enseñarles dónde están los límites que no deben traspasar; y cumplir la ejecución de dichas consecuencias de manera consistente también.

Por último, la privación puntual de atención al niño cuando las conductas no son las deseadas y la búsqueda de recompensas para motivarles mediante técnicas educativas son formas de actuación bastante más efectivas y duraderas en el tiempo que el bofetón, cachete, azote…

 

10 motivos por los que no deberías dar cachetes a tu hijo*

  1. Dar un azote a un niño le enseña que pegar está bien y que golpear es una forma aceptable de resolver un conflicto. El mensaje que recibe es que es justificable utilizar la fuerza para resolver un conflicto, lo que solo genera más golpes.
  2. Dar azotes es perjudicial para el desarrollo cognitivo.
  3. Experimentar dolor no enseña a los niños a desarrollar una conciencia.
  4. Dar azotes no enseña a los niños a respetar a los padres, sino a temerlos. Para que un niño se comporte bien, necesita tener una sensación de confianza y seguridad.
  5. Dar azotes daña la autoestima de los niños. Los niños que reciben azotes de sus padres dan por hecho que no deben ser amados por las personas que se supone que les quieren más.
  6. Dar azotes enseña a los niños que está bien pegar a las personas que quieren.
  7. Dar azotes está relacionado con agresión y conducta antisocial.
  8. Los niños que reciben azotes son más ansiosos y temerosos.
  9. Los azotes aumentan la probabilidad de que los niños mantengan sexo de riesgo y sin protección en la edad adulta.
  10. El castigo físico está más relacionado con abuso por parte de los padres.

*Fuente: Superbebé, Dra. Jenn Berman.