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Pautas para conseguir una buena caligrafía Niño

Pautas para conseguir una buena caligrafía

Cada niño tendrá sus propias necesidades en este proceso. Pero, a través del juego y del ejemplo de los adultos, irá mejorando poco a poco.

La escritura y la lectura son algo fundamental para nuestra vida. Por eso todos los padres tienen gran interés en que sus hijos desarrollen correctamente el aprendizaje de estos procesos.

Estos procesos están íntimamente relacionados, pero podemos trabajarlos de manera específica. Podemos estimular la escritura desde las diferentes áreas precursoras de la misma y, posteriormente, centrarnos en su perfeccionamiento, cuando el niño tiene unos ocho años. 

 

Jugar con letras y palabras

Sobre los tres o cuatro años es aconsejable jugar con nuestros hijos a las formas de las letras y el reconocimiento de palabras:

  • Semanalmente podemos ponerles una letra y jugar a nombrarla en diferentes ámbitos: la “A” de árbol, amigo, antena, andar…
  • Hacer formas de letras en la arena (de la playa o del parque) y utilizar piedras o cubos para motivar con diferentes texturas al niño a la hora de realizar formas de letras en cualquier tipo de superficie.
  • Asociar las letras con formas: la “O” es una boca sorprendida, o la “I” es una escalera muy larga. Las podemos dibujar y posteriormente irlas completando, dibujando el resto de la cara a partir de la “O” o añadiendo muñecos subiendo la escalera de la “I”.
  • Dibujar las vocales por orden y saltar sobre ellas mientras las decís en voz alta.
  • Moldear alimentos como la masa de una pizza o la carne, con las formas de las letras que el niño elija.

 

Copiar figuras

De los cinco a los siete años se desarrolla la fase en la que empieza el aprendizaje de la escritura propiamente dicho. Al principio de esta etapa, podéis realizar ejercicios de copia de figuras con trazos rectos y diagonales sobre papel cuadriculado.

No os extrañe que vuestro hijo mantenga la cabeza muy cerca del lápiz o del papel, ya que necesita tener la mirada muy próxima, para obtener un mejor control visual. Poco a poco irá alejándose, y más si os ve a vosotros escribir a la distancia normal en que no tenemos que curvar excesivamente la espalda.

También es normal que en estos primeros momentos el pequeño se fatigue y que no mantenga la mano de apoyo. Debéis enseñarle que el papel o el cuaderno no se mueven y que es mucho más ventajoso para él apoyar la mano.

Hacia los siete años será cuando ya notéis que, con vuestro trabajo de modelo postural, el niño tensa menos la mano a la hora de escribir y su torso no está pegado a la mesa. Así pues, una vez consolidado esto, nuestro trabajo se puede enfocar más fielmente hacia el perfeccionamiento de las palabras. 

 

Perfeccionar la escritura

A partir de los 8 y hasta los 12 años se puede empezar a destacar aspectos más concretos de cómo perfeccionar la escritura si el niño ha llevado el desarrollo natural descrito.

El trabajo práctico que podéis realizar para perfeccionar su escritura sería:

  • Tener un buen modelo: es importante que reviséis vuestra manera de coger el lápiz, comparándolo con ejemplos visuales que podéis encontrar en cualquier buscador de Internet poniendo en el buscador: “coger bien el lápiz”. Si es necesario, podéis imprimir una imagen para que esté presente en el lugar de estudio de vuestro hijo. A su vez, y en referencia a una buena colocación del instrumento de escritura, es mejor que os pongáis detrás suyo y, sacando los brazos en la posición de los suyos, cojáis el lápiz, para que él compare desde su punto de vista. Esto es más efectivo que mostrárselo delante de él.
  • Mejorar la posición: podéis empezar a introducir elementos de posición que harán mejorar su escritura como la inclinación del papel o enderezar la posición del torso con ejemplos que sean exagerados para que el niño se de cuenta de las ventajas. Por ejemplo, pegando toda vuestra cara a la mesa e intentando escribir.
  • Practicar: hasta los 12 años aproximadamente se consolidan la mayor parte de aspectos que darán personalidad y equilibrio gráfico a la escritura de vuestro hijo. En esta etapa, los ejercicios de caligrafía clásicos en los que se sitúan las dos líneas para marcar la anchura de la parte principal de las letras son los que sirven de refuerzo. Podéis variar este tipo de ejercicios con otros de copia, dictado o composición, permitiéndole que él elija el texto a copiar o el tema del dictado.

 

Refuerza su autoestima y escribirá mejor

La seguridad en uno mismo es algo que nos ayuda a confrontar todo nuevo aprendizaje. Por eso es importante que, a la hora de adquirir la escritura, reforcemos este ámbito:

  • Es imprescindible usar el refuerzo positivo ante una acción bien ejecutada o parcialmente ejecutada (¡Muy bien hecho! ¡Menuda “A” más bonita!).
  • Debes explicarle cómo ha llegado a conseguir su objetivo. Por ejemplo: lo has conseguido porque primero pusiste el lápiz arriba bajaste y luego volviste a bajar hasta hacer la montaña que es la “A”.
  • Recuérdale que ese proceso se debe a su esfuerzo (“¡Muy bien!, lo has hecho tú solo, veo que te esfuerzas y que así vas a conseguir mejorar mucho”).