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Niño | 2 a 6 años | Pesadillas y terrores nocturnos

Pesadillas y terrores nocturnos Niño

Pesadillas y terrores nocturnos

El miedo, el estrés, la inseguridad o la ansiedad pueden reflejarse en sus sueños. Por eso es importante que se sientan a salvo y protegidos antes de irse a la cama.

Las pesadillas y los terrores nocturnos son episodios que preocupan mucho a los padres porque producen en sus hijos reacciones que pueden resultar aterradoras. Sin embargo, a pesar de su peculiaridad, son bastante habituales durante la infancia, sobre todo entre los dos y los seis años. Conocer sus mecanismos es imprescindible para ayudar a que nuestro hijo se tranquilice y para evitar que se produzcan noche tras noche, dificultando su descanso correcto.

 

Sueños desagradables

Las pesadillas son reacciones de miedo, de diferente intensidad, ante los sueños desagradables que suceden durante la fase REM, normalmente a última hora de la noche y se producen como resultado de sentimientos de inseguridad, ansiedades, miedos o preocupaciones, aunque también pueden estar inducidas por enfermedades y por el dolor, por sobreexcitación, por el visionado de programas de televisión o lecturas violentas, por amenazas por parte de los padres… Los niños inseguros, preocupados o con ansiedad tienen más probabilidades de tener pesadillas.

 

Comprensión y consuelo

La mejor forma de actuar cuando se produce una pesadilla es consolar al niño; para lo que habrá que despertarle (si no lo está ya), abrazarle, acariciarle y tranquilizarle; decidle que todo va bien y que estáis junto a él. Si quiere contaros el mal sueño, permitid que lo haga, pero intentad inmediatamente reconducir la situación. Lo esencial es que se sienta seguro y se distraiga con otros temas agradables, para pensar en otra cosa y olvidar la pesadilla. Eso sí, todo esto lo haremos sin sacarlo de la cama.    

El día siguiente, cuando esté más tranquilo, podéis abordar de nuevo el tema en mayor profundidad con el fin de averiguar si los contenidos de los malos sueños están relacionados con preocupaciones e inseguridades de la vida real niño e intentar buscar el origen de las mismas, sobre todo si las pesadillas son reiteradas.

 

Terrores nocturnos

Estos suceden en la fase No REM, es decir, cuando el pequeño está profundamente dormido (normalmente en la primera parte de la noche), y la reacción que producen en él es diferente. En el caso de los terrores nocturnos lo mejor es no intervenir, ni despertarle, porque incluso puede arremeter contra sus progenitores. Él no es consciente de la realidad y por ello, tampoco va a recordar lo que ha vivido. Tanto pesadillas como terrores nocturnos irán desapareciendo paulatinamente cuando el niño se va haciendo mayor.

 

Trucos para conseguir noches tranquilas 

  • Deja una luz encendida por la noche (la del pasillo o una luz tenue en su habitación).
  • Cierra las puertas de los armarios que puedan asustarle.
  • Ofrécele su peluche favorito para que duerma abrazado a él.
  • No le dejes que vea programas de televisión violentos o de miedo, especialmente a última hora de la tarde. 
  • Antes de irse a dormir evita contarle cuentos con contenidos oscuros o personajes terroríficos. Le vendrán muy bien las historias tiernas y felices.
  • Procura que no haga actividades o practique juegos previos al sueño que sean bruscos o violentos.
  • Dale un masaje o simplemente una sesión de caricias.  
  • Ponle música: cualquier melodía suave puede ser de mucha ayuda para relajarle.
  • Ofrécele cenas ligeras, que le ayudarán a dormir mejor.