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Una alimentación saludable para los dos Embarazo y parto

Una alimentación saludable para los dos

Comer de todo y en las cantidades adecuadas ayudará a que tú te encuentres mejor y el bebé se desarrolle bien. 

Ni comer por dos, ni de menos, ni de más; durante el embarazo, se debe, sobre todo, comer bien, es decir, comer de todo y seguir una dieta equilibrada. La dieta materna es, quizás, uno de los ámbitos que más se debe cuidar durante el embarazo; no solo por tu salud (para evitar la anemia o el estreñimiento, por ejemplo), sino también por la de tu hijo. Y es que constantemente se publican estudios que constatan cómo ciertos nutrientes son beneficiosos o, por el contrario, perjudiciales, para el bebé. Tu alimentación puede influir en varios aspectos de tu hijo como su inteligencia, su estatura, su lenguaje… y no solo a corto plazo, sino también cuando vaya creciendo.

Por tanto, es fundamental que te conciencies de que debes controlar la alimentación, atendiendo tanto a la calidad como a la cantidad de lo que comes.

 

Los nutrientes que necesitas

Durante el embarazo, las necesidades energéticas y calóricas se encuentran aumentadas, para cubrirlas, tal y como recomiendan diferentes organismos internacionales, deberá tomar 300 kcal más a diario.

Por otro lado, también es fundamental mejorar la calidad nutricional de la dieta, eligiendo alimentos que proporcionen los nutrientes necesarios: calcio, hierro, yodo… Y, como esto no suele ser suficiente para cubrir todos los requerimientos de esta etapa tan especial, seguramente que el ginecólogo nos recomendará complementos alimenticios.

La clave de la alimentación en el embarazo es comer de todo, equilibradamente. La dieta cotidiana debe incluir los grupos de alimentos básicos: farináceos (pan, pasta, arroz, cereales, patatas…), verduras y hortalizas, frutas, lácteos y alimentos protéicos (carnes, pescados, huevos, legumbres…).

Respecto a las grasas, siempre habrá que optar preferentemente por el aceite de oliva.

También hay que destacar que la embarazada debe de beber mucho líquido.

En el polo opuesto están los alimentos que no debemos tomar. El alcohol está prohibido, por sus efectos perjudiciales para el bebé, y la cafeína debe tomarse con moderación. También hay que procurar consumir bebidas gaseosas y bollería industrial lo menos posible.

 

Cinco comidas al día

Acostúmbrate desde el comienzo de la gestación a realizar cinco comidas al día y, si te entran las ganas de picotear, hazlo con alimentos sanos y que aporten pocas calorías. Son ideales las barritas de cereales con frutos secos, ricas en ácido fólico (imprescindible en el primer trimestre), la fruta en general y los lácteos.

Un ejemplo de la distribución diaria por grupos de alimentos sería este menú:

  • Desayuno: leche o yogur, pan, galletas (tipo María) o cereales y fruta.
  • Media mañana: una infusión (consulta con tu ginecólogo si tienes alguna duda al respecto), pan, queso o jamón cocido y una fruta.
  • Comida: pasta, patatas, arroz o legumbres de primer plato y carne, pescado o huevos de segundo. Como guarnición, ensalada o verdura. Un poco de pan.
  • Merienda: leche o yogur, cereales o galletas y una fruta.
  • Cena: una ensalada o verdura y luego un segundo plato de carne, pescado o huevos. Como guarnición, opta por las patatas o el arroz.