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Bebé | 0 - 9 meses | 10 reflexiones para afrontar psicológicamente la prematuridad

10 reflexiones para afrontar psicológicamente la prematuridad Bebé

 10 reflexiones para afrontar psicológicamente la prematuridad

La llegada de un nuevo bebé llena de incertidumbre a sus padres. Pero, si además es prematuro, los primeros días en casa son aún de mayor inseguridad. Una buena información va a ayudar a los padres y por lo tanto al niño.

Tener un bebé prematuro no es fácil de sobrellevar para los padres, y el momento en que lo deben tener en casa les preocupa intensamente.

A muchos padres les asusta la salida del hospital con un niño prematuro, pero no deben olvidar que si se le da el alta es porque se encuentra recuperado. A partir de ahí, los padres tendrán que ocuparse de ellos en casa y dedicarles unos cuidados un tanto especiales.

En muy pocas semanas el bebé podrá manejarse y cuidarse como cualquier otro bebé nacido a término. Baños, paseos, juegos, etcétera, podrán ser similares a los de los demás bebés de su edad, prestando atención a su seguridad.

 

¡Bienvenido a casa!

Los primeros días posteriores al nacimiento de un niño prematuro, los padres se sienten confusos entre lo que les dicen los médicos y el cambio psicológico que supone no haber llegado al final del embarazo, además del miedo por los riesgos reales por la vida del hijo. Muchas madres, por ejemplo, sienten en esta etapa que serán incapaces de cuidar del bebé. Esto se debe a que no solo su cuerpo no ha estado preparado para el nacimiento anticipado, sino también su psique y sus emociones. Pero todo ello es absolutamente normal, incluso previsible.

A partir del alta, los padres serán los encargados de proporcionar el cariño y los cuidados necesarios a su hijo, que serán los mismos que los de cualquier recién nacido a término, aunque con algunas particularidades.

 

Los beneficios de las caricias 

Cada vez que los padres tienen contacto con su hijo prematuro también se benefician ellos, aún cuando el bebé no pueda salir de la incubadora. Eso sí, es importante descubrir si al bebé realmente le agrada ser tocado en ese momento o si es mejor dejarlo descansar. Si como madre o padre percibes que él lo acepta, frótate las manos para que estén calientes y dile en voz alta, “¿puedo tocarte?”. El bebé evidentemente no te entiende, pero esta pregunta es importante para los padres y la relación son su hijo, y deben hacerla en voz alta. Cuando vayas a apartar tu mano dile cuánto lo amas, o una frase que a ti te agrade, o entona una melodía. Con el paso de los días podrás pasar suavemente ambas manos desde su cabeza, por el costado de su cuerpo, hasta los pies. La continuidad de estas caricias ayuda a que los padres muestren sus sentimientos a través del tacto y también, en el futuro, colaboran en que estos bebés que han sido tan manipulados adquieran una imagen corporal positiva. 

Piensa que tu bebé ha sido muy tocado por personas desconocidas para él y necesita descubrir nuevos mensajes positivos cada vez que le acaricies, le sostengas o le hables.

 

6 claves para su bienestar

  1. Mantén la casa a una temperatura ambiente media de entre 21 y 24 grados centígrados, aunque durante las primeras semanas debes mantener la casa ligeramente más caliente de los habituales 22 grados. El mecanismo regulador de la temperatura corporal del prematuro suele funcionar adecuadamente cuando recibe el alta, pero no obstante, en la época de frío, como los bebés no terminan de regular bien la temperatura pierden calor por la cabeza, puede ponérsele un gorro.
  2. No arropes demasiado al bebé, ya que si esto sucede el niño debe hacer un esfuerzo para disminuir su temperatura corporal y podría causarle pausas respiratorias (apneas).
  3. Báñale en la habitación más calurosa de la casa, no es necesario que le bañes totalmente todos los días. Utiliza un jabón con un pH neutro.
  4. Pónle a dormir boca arriba sobre un colchón duro, los brazos por encima de la sábana y sin ningún juguete dentro de la cuna. Los recién nacidos generalmente duermen entre 16 y 18 horas por día, pero los prematuros pueden dormir más.
  5. Nunca fumes, ni permitas que fumen, alrededor del niño. Los niños expuestos al humo tienen una mayor incidencia de infecciones respiratorias y otros trastornos y precisan más ingresos hospitalarios.
  6. Si los adultos estáis enfermos (catarro, diarrea, etcétera), limita el contacto al máximo, incluso totalmente si no es imprescindible. Si estáis sanos, debéis lavaros las manos antes de tocarle y evitar besarle, ya que podéis estar incubando enfermedades que aún no se han manifestado. No obstante, de rutina, conviene lavarse las manos, con jabón, siempre que vayáis a tocar o alimentar al bebé.
  7. Hay que ser especialmente estrictos con el calendario de vacunaciones. El riesgo de infecciones aumenta en los recién nacidos antes de las 35 semanas de gestación, ya que hasta entonces, el paso de anticuerpos de la madre al feto por la placenta es escaso. Los prematuros necesitan más tiempo para madurar su sistema inmunológico, y además poseen menos anticuerpos de origen materno. Las infecciones más comunes en estos bebés son las respiratorias y las digestivas.

 

Diez reflexiones para afrontar psicológicamente la prematuridad

  1. Es normal que os sintáis inseguros durante las primeras horas posteriores al parto.
  2. Es importante que estéis bien informados. Lo ideal es que la información provenga de las personas que cuidan directamente del bebé o de personal especializado para tratar con los padres.
  3. Si tenéis dudas, no temáis hacer preguntas. La información ayuda a proteger mejor al bebé. Para que no se os olvide nada, lo mejor es llevar las preguntas escritas. Si hay aspectos de la explicación que no entendéis, pedir que se os explique con un dibujo, especialmente si se trata de un órgano afectado del bebé. Obviamente, informarse y preguntar no implica molestar al equipo médico todo el tiempo. En cualquier caso lo mejor es solicitar un día y una hora para conversar.
  4. Tened en cuenta que vosotros poseéis de una herramienta única que ningún médico tiene: un amor incondicional.
  5. Atended las necesidades del bebé en el presente, no os preocupéis de lo que pasará en el futuro.
  6. No todos los bebés prematuros reaccionan del mismo modo ante la ausencia de la madre. Es por esto que cada familia deberá investigar mediante la observación el modo de reaccionar que tiene su pequeño.
  7. Todos los bebés prematuros de menos de 1.500 gramos son de apariencia frágil, pero a menudo más de lo que en verdad son.
  8. Es normal que los bebés prematuros pierdan un poco de peso apenas nacer, pero luego lentamente lo recuperan.
  9. Hay que intentar que el hospital donde está ingresado el bebé os permita ver a vuestro hijo durante las 24 horas. Por fortuna, en muchos hospitales de nuestro país  esto se ha logrado.
  10. Los médicos y las enfermeras no son los padres del bebé, son personas altamente preparadas que intentan en todo momento poner los medios necesarios para que vuestro hijo evolucione y se desarrolle sin problemas. Los únicos padres del bebé sois vosotros.