Seguro que si te planteas comenzar a darle el pecho a tu bebé, te surgen varias dudas. Te ayudamos a resolverlas para que lo hagas con éxito.

Probablemente ya conozcas todas las ventajas que tiene la lactancia materna, tanto para ti como para tu hijo, y por eso precisamente hayas tomado la decisión de amamantarle. Pero en este proceso pueden surgirte muchas dudas, sentirte insegura o encontrarte con algunos obstáculos. Pero para conseguir el éxito solo necesitas tener confianza y, si lo necesitas, recurrir a profesionales de la salud que te darán buenos consejos.

 

¿Qué pasa si tarda la subida de la leche?

Existe la falsa creencia de que los primeros días hasta que viene la subida no hay leche suficiente. Pero la naturaleza es muy sabia y si sale poco es porque los reciénnacidos necesitan poco. Sobra con lo que sale siempre que empecemos pronto, el bebé tenga cerca y disponible a su madre las 24 horas en “barra libre”, no haya interferencias como chupetes o biberones y la succión sea eficaz e indolora. También se piensa que mientras hay calostro no se tiene leche o que no alimenta; pero el calostro es un tipo de leche que se segrega los primeros días y el volumen aumenta gradualmente a medida que el bebé va mamando. El calostro es oro puro, su valor como protector inmunológico es incalculable.

 

¿Tiene que mamar de los dos pechos cada vez?

No es necesario; la mayoría de bebés toma un primer pecho hasta que se queda dormido y lo suelta. No suelen querer el segundo pecho hasta que su madre los deja en la cuna. La primera parte de mayor volumen de la leche que sale en una toma tiene poca grasa y esta sale al final y de forma lenta, mientras parece que está dormido y apenas mama. Entonces es importante no retirar al bebé del pecho antes de que lo suelte para darle el otro, ya que entonces recibiría las dos partes más aguadas de cada pecho y no tomaría la parte más calórica, que es la que le hace ganar peso y mamar con menos frecuencia.

 

¿Cómo puedo saber si tengo leche suficiente?

Para tener leche suficiente hay que cumplir tres normas básicas. Si tu lactancia falla en alguno de estos tres puntos, con dejar de incumplirlo recuperarás tu producción.

• No mirar el reloj: el bebé decide siempre cada cuanto mama, cuanto rato está en el pecho y si quiere un pecho o dos. Y es que la leche se produce al mismo tiempo que se mama, como un pozo sin fondo. No sucede que un bebé mama y no sale nada.
• Nada más en su boca: evita usar tetinas, chupetes... Todo el tiempo que chupa estos objetos es succión que consume, pecho que no toma y leche que se deja de producir y tomar. Además, pueden confundirle y hacer que no coja bien el pecho e incluso que lo rechace.
• Succión eficaz e indolora: amamantar nunca ha de doler. Si la succión es dolorosa, con frecuencia también es poco eficaz y el bebé necesita mamar muchas más veces y más rato para sacar menos leche. La causa puede ser una posición inadecuada o una dificultad de la boquita del bebé como podría ser un frenillo corto que causara poca movilidad de su lengua.

 

Creo que no tengo leche, ¡con el sacaleches no me sale nada!

Las primeras veces que se usa un sacaleches suele salir muy poco, es cuestión de práctica. Un bebé siempre saca mucha más leche en menos tiempo que un sacaleches. Por lo tanto, el hecho de no lograr sacar apenas leche no nos debe hacer pensar que nuestra producción es baja.

Un bebé mamando siempre provoca un reflejo de eyección o reflejo de salida de leche aunque tu estés nerviosa. Pero para muchas mujeres es difícil conectar emocionalmente con un aparato de plástico. Si no consigues este reflejo provocado por la oxitocina, apenas lograrás manchar de leche el fondo del recipiente recolector.

 

¿Por qué tengo los pechos blandos?

Si los tienes muy blandos y el bebé no para de mamar significa que esta comiendo tanto que no da tiempo a que se acumule la leche. Si los pechos están muy llenos la leche sale más deprisa, si están blanditos la leche sale más despacio, pero saldrá toda la que necesite tu hijo.

 

¿Para amamantar necesito estar “en plena forma”?

Mucha gente piensa que para poder amamantar se necesita estar muy tranquila, dormir suficiente, comer de forma muy equilibrada y beber mucha agua.

Pero en realidad ninguna de estas cosas tiene importancia. Lo único necesario para tener leche es tener un bebé vigoroso que mama con frecuencia, estar bien informada y quererlo hacer.

Si estás tranquila, feliz y duermes bastante mejor que mejor, pero si no fuera así continuarías teniendo la misma leche de calidad infinitamente superior a la leche artificial. Los nervios no pasan al bebé a través de la leche materna, sino por el contacto corporal, la tensión muscular, la manera de respirar. Puedes traspasar mucha ansiedad si estás nerviosa dando un biberón a tu bebé.

También la evidencia científica confirma que no por comer más ni mejor o beber más agua se produce más leche o aumenta su calidad. Un estudio comprobó que las mujeres africanas desnutridas tenían leche adecuada y válida igual que la leche de madres occidentales bien nutridas. Solo baja el nivel de grasas en la leche cuando la desnutrición es extrema.

La ciencia ha comprobado que una mujer que por enfermedad o falta de ingesta hídrica se deshidrata, antes deja de fabricar orina que leche.

 

¿Algunos alimentos me ayudan a tener más leche?

Ni cerveza, ni horchata, ni almendras… no hay ningún alimento que al tomarlo se produzca más leche.

No es necesario tomar mucha leche, piensa que las vacas no lo hacen. De hecho tomar lácteos en exceso puede producir problemas digestivos a algunos bebés, ya que una pequeña cantidad de proteínas lacto-bovinas pasan a la leche materna. Estas proteínas son las más sensibilizantes o alergizantes que existen.

 

¿Qué pasa si me quedo embarazada mientras amamanto?

No es necesario destetar a tu hijo si no quieres. Eso sí, la producción te bajaría mucho, lo que ayuda a que más de la mitad de los niños dejen de mamar de forma espontánea. Por otro lado, amamantar embarazada no aumenta la posibilidad de abortar ni de tener un bebé prematuro. Tampoco afecta al crecimiento del bebé intrauterino. Si sigues dando el pecho embarazada cuando nace el nuevo hermano podrás amamantar en tándem a los dos.