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Bebé | 0 - 9 meses | La balanitis

La balanitis Bebé

La balanitis

Advertir que la zona superior del pene (prepucio y glande) de los niños está enrojecida e incluso que segrega pus por la uretra, puede crear un estado de alarma en los padres. Aunque no hay que pasarlo por alto, es importante saber que se trata de una balanitis: infección bacteriana muy común que, con unas medidas higiénicas adecuadas, puede solucionarse.

Limpiar y mantener la zona del prepucio y del glande perfectamente aseada puede resultar complicado, y más cuando se trata de los más pequeños que son incapaces de mantenerse quietos por mucho tiempo y mucho menos en el baño. Es entonces cuando puede producirse una infección de la zona, enrojeciéndose y provocando una especial sensibilidad al tacto. Hablamos entonces de la balanitis, que no es más que una inflamación de la punta del pene producida en la mayoría de las ocasiones por una higiene inadecuada.

 

¿Cómo se trata?

Aunque no se considera grave, lo cierto es que puede resultar muy molesto para el niño, puesto que provoca dolor, inflamación del prepucio y posibilidad de escozor al orinar; pero una mayor atención higiénica cambiando, por ejemplo, más a menudo el pañal al niño, remojando el pene en agua templada para así conseguir aliviarlo, y aplicando una crema antibiótica bajo supervisión de tu pediatra en la zona, pueden solucionar el problema.

 

¿Cómo puede prevenirse?

La principal manera de evitar que se produzca esta infección es lavar diariamente al niño, prestando especial cuidado y dedicación en esta zona. Para ello se debe limpiar el prepucio cuidadosamente para lograr una limpieza perfecta. Además, cuando se considere necesario porque el problema persiste, podrá realizarse una circuncisión (extirpación del prepucio), siempre que un equipo médico lo considere oportuno, como posible solución en los casos en los que la balanitis reincida.

 

Conoce los síntomas de la balanitis:

  • Dolor, enrojecimiento e inflamación del glande.
  • Inflamación del prepucio.
  • Inflamación de las glándulas linfáticas de la ingle.
  • Escalofríos y fiebre (raramente).
  • Secreción por el pene (raramente).
  • Escozor al orinar.
  • Erupciones en el glande.
  • Olor fétido.