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Los 10 valores y buenos hábitos más importantes que debemos inculcar a nuestros hijos Niño

Los 10 valores y buenos hábitos más importantes que debemos inculcar a nuestros hijos

Inculcar buenos sentimientos y conductas adecuadas es una tarea de fondo que depende mucho de ti. Por eso, cuanto antes empieces a hacerlo, más fácil te será lograr tus objetivos. 

Las costumbres son conductas repetidas que con el tiempo se transforman en hábitos y que configuran tendencias y capacidades en los niños. Por otro lado, tenemos los sentimientos, los cuales sirven al niño para evaluar aquello que le ocurre y detectar lo que desea o lo que merece ser evitado. Por ejemplo, el aburrimiento, que se experimenta ante algo repetitivo o sin interés; o la alegría, que brota cuando se cumplen ciertas expectativas y propósitos.

 

  1. Orgullo: reconoce con admiración aquellas actividades que haga con éxito. Ya sea el haber sacado buenas notas, el haber ordenado su habitación o la realización de cualquier tipo de acción positiva que se haya propuesto por sí mismo y no haya abandonado a la mitad.
  2. Satisfacción: favorece su disfrute ante la consecución de algo que deseaba. Recuérdale que no siempre se tiene lo que se quiere y que el buen momento que ahora disfruta no debe malgastarse tratando de satisfacer un deseo nuevo de inmediato.
  3. Agradecimiento: vuestro ejemplo es fundamental para favorecer este sentimiento. Si el niño ve que vosotros dais las gracias en situaciones cotidianas como la llegada de la comida en un restaurante o la entrega de un regalo, adquirirá este sentimiento con más facilidad.
  4. Respeto: enséñale que existen personas y cosas que son dignas de alabanza y cuidado: los profesores, las personas mayores, los amigos…
  5. Afán: por ejemplo, si el niño quiere tocar un instrumento. Explícale que para conseguirlo no basta con querer, sino que es necesario esforzarse. También ayúdale a prever las dificultades que puedan presentarse, de tal manera que cuando lleguen, pueda afrontarlas como un reto, sin desanimarse.
  6. Compasión: si el niño se ríe del mal que sufre una persona, ayúdale a enfocar la atención sobre ella con preguntas del tipo: ¿cómo crees que se siente? ¿Te gustaría sentirte así?
  7. Esperanza: la comparación positiva favorece la creencia de que algo que el niño desea tiene probabilidades de que suceda. Muéstrale ejemplos de que otras personas antes que él alcanzaron las mismas metas a las que él aspira.
  8. Comprensión: cuando el niño se muestra impaciente o enfadado ante el comportamiento de otra persona que no sabe hacer algo que él sí sabe; recuérdale que en otros ámbitos él tampoco es perfecto y dile que piense si le gustaría que le tratasen así. También enséñale (cuando lo haya comprendido) a pedir perdón en caso de que sea necesario.
  9. Alegría: por ejemplo, favorece el disfrute ante el cumplimiento de lo que hayan sido expectativas, deseos y proyectos del niño. Deja que su ánimo se ensanche.
  10. Confianza: escucha con atención al niño. Hazle preguntas para mostrar que le escuchas y que te interesa lo que dice.