Dentro de nuestras preocupaciones como padres, hay una que nos inquieta sobremanera: ¿estamos seguros de que el desarrollo de nuestro hijo es el correcto?

El crecimiento físico de un niño es fácil de comprobar, ya que se puede controlar con solo medir su peso y altura; en cambio, el desarrollo psicomotor del bebé es mucho más difícil de valorar, especialmente, al principio de la vida de un niño. Y es que el niño, nada más nacer, reacciona llorando a la mayoría de los estímulos: dolor, sueño, hambre, sed… apenas es capaz de realizar espontáneamente movimientos; pero, poco a poco, va a ir adquiriendo nuevas habilidades.

Opinión de los padres

Es frecuente que los padres comparen la forma y la edad en la que sus hijos van adquiriendo ciertas habilidades con las de sus hermanos, primos, amiguitos, o cualquier otro niño de su entorno y hallar diferencias.

Si los padres notan que existen ciertas notables diferencias en el desarrollo de su hijo con respecto a otros de su misma edad, lo primero que deben hacer es ponerse en contacto con el pediatra. El pediatra quien despejará las dudas y recomendará la solución más adecuada.

En casos de prematuros, de niños abandonados o de aquellos en los que se observa un retraso psicomotor patológico será muy valiosa la atención temprana.

La atención temprana está constituida por un grupo de especialistas en psicología, fisioterapia… que consigue, mediante estimulación periódica y al ritmo de cada niño, su desarrollo psicomotor completo.

En estos casos es cuando la estimulación ha de ser guiada y tutelada por los especialistas; en los restantes, la estimulación ha de estar implícita en el día a día de cada niño: en los juegos, en la música, en el contacto y convivencia con otras personas o con otros seres, en el lenguaje. Todo ello se convertirá en un instrumento para aprovechar esa plasticidad neuronal de los primeros años de la vida de un niño y lograr extraer todo el potencial del futuro adulto.

 

Hitos del desarrollo

Para asegurarnos de que el desarrollo de nuestro hijo es el adecuado a su edad se han descrito lo que llamamos hitos del desarrollo, es decir, esas habilidades sensoriales, motoras o intelectuales que adquieren los niños de manera progresiva.

El pediatra evalúa que el momento cronológico en el que se adquieren estos hitos es el adecuado al compararlo con el de otros niños. Para ello, se emplean tablas que son herramientas básicas en una consulta de pediatría.

Para hacernos una idea, se considera que un bebé es “normal” si realiza los siguientes hitos:

Recién nacido

• Coge los dedos con las manos.
• Gira cabeza.
• Fija la mirada en una cara o luz.

1-2 meses

• No se le cae la cabeza.
• Inicia sonrisa social.
• Sigue el movimiento.
• Llora al despertarse por hambre.

3 meses

• Eleva la cabeza sobre plano del cuerpo.
• Junta la manos.
• Sostiene objetos.
• Intenta coger objetos.
• Emite chillidos de placer.

4 meses

• ­Mantiene las piernas extendidas.
• Da patadas.
• Se lleva objetos a la boca.
• Hace notar que le gusta que lo cojan.
• Grita para pedir cosas.

6 meses

• Repta.
• Rueda sobre sí mismo.
• Bebe en vasito.
• Pasa los juguetes de mano.
• Distingue a los padres y los prefiere a otros desconocidos.
• Silabea: “Da – da – da”.

9 meses

• Camina cogido de las manos.
• Se sienta sin ayuda.
• Coge objetos del suelo.
• Dice “hola” y “adiós” con la mano.
• Da palmas.
• Responde a su nombre.

12 meses

• Gatea.
• Se levanta.
• Anda, agarrado de una mano.
• Utiliza la pinza palmar.
• Responde al juego del “cucu-tras”.
• Conoce sus juguetes.
• Dice “papá” y “mamá”.