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Niño | Más de 6 años | El síndrome de Peter Pan

El síndrome de Peter Pan Niño

El síndrome de Peter Pan

Falta de responsabilidad, actitudes de abandono, arrebatos emocionales y una alegre y despreocupada visión de la vida, son algunos de los síntomas de aquellos chicos que, como Peter Pan, eligen ser eternamente niños.

Por una parte son divertidos y cuando estamos cerca de ellos todo parece alegría y risa, pero, por otra, evaden continuamente sus responsabilidades, se refugian en fantasías imposibles de cumplir, y suelen culpar a los demás de todo lo que les ocurre.

El niño Peter Pan se quedó detenido en cierta etapa del camino, se resiste a crecer y a madurar porque el mundo de los adultos no le resulta atractivo.

Características de estos niños

Los niños que empiezan a desarrollar este síndrome se refugian en el mundo fantástico que construyen en su propia mente. Les asustan las responsabilidades, son imaginativos y soñadores. Les cuesta obedecer las órdenes, se olvidan de los recados, no les interesa nada de aquello que sirva para hacerse mayores. Solo juegan y no se comprometen ni se implican; sus aventuras versan sobre dragones, caballeros, piratas, fantasía.

Sería conveniente permitir que se enfrentara a la realidad y asumiera sus consecuencias, pues hacerse cargo de las responsabilidades de Peter Pan no es la actitud correcta.

Es importante apoyarlo, elogiar las partes positivas de su personalidad, pedirle que tome las riendas, decida o actúe en aquellas situaciones de la vida cotidiana que con frecuencia nos cuestan superar. Podemos darle pequeñas responsabilidades en función de su edad, valorando sus progresos, teniendo en cuenta sus opiniones, reforzando su autoestima y proporcionándole autonomía.

 

¿Cuándo empieza a desarrollarse este síndrome?

Las raíces están en la primera infancia. Los niños se consideran el centro de todo el universo y nosotros, los adultos, satisfacemos sus necesidades básicas al momento. Pero, a medida que crecen, deben aprender que sus demandas no siempre pueden cumplirse en el momento en que ellos quieren ni por la persona que desean. Aprenderán que existe un horario para comer, otro para jugar, que no todos juguetes pueden ser suyos, que no pueden dormir en la cama de los papás… Esta etapa madurativa guiará al niño para comenzar a enfrentarse al mundo por sí mismo.

Sobre los siete u ocho años empezamos a observar si el comportamiento del niño es demasiado infantil.

 

Perfil de un niño Peter Pan

  • Impaciente: le cuesta esperar, sus deseos necesitan estar siempre satisfechos al momento.
  • Actor dramático: tiene grandes capacidades para la interpretación.
  • Imaginativo y fantasioso: inventa continuamente, sueña en la realidad.
  • Celoso: siempre desea que todos los adultos estén pendientes de él aunque conviva con más niños.
  • Posesivo: le cuesta compartir en todos los órdenes y especialmente el cariño de su madre.
  • Egoísta: desea las cosas de los demás, jamás está satisfecho con lo que tiene.
  • Sentimental: al estar sobreprotegido por la madre, se convierte en un niño demasiado susceptible y delicado.
  • Poco tolerante a las frustraciones: orgulloso, no admite las derrotas y se muestra vulnerable.