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Niño | 2 a 6 años | 9 Pasos para aplacar un berrinche

9 Pasos para aplacar un berrinche Niño

9 Pasos para aplacar un berrinche

Las rabietas se originan ya en los primeros años. A partir del año y medio, el niño trata de establecer su individualidad, es la llamada “crisis de oposición”, quiere hacer todo a su modo y, si no lo consigue, aparece la frustración. En esta etapa las rabietas son el instrumento que los pequeños comienzan a dominar para llamar la atención y comunicarse.

Ante una rabieta lo fundamental en prever el conflicto antes de que se produzca. Para controlar la conducta de los niños, debemos anticiparnos a la situación; si por ejemplo estamos esperando en la consulta del pediatra, le daremos dos o tres pautas muy breves y concretas: permanecer tranquilo en la silla, no enfadarse y obedecer a mamá o papá. Cumplir correctamente estas órdenes significará sumar un punto positivo (en la “técnica de sistema de puntos”), aunque, si se trata de un niño que con frecuencia se enrabieta, es conveniente que conozca de antemano la posibilidad de obtener un pequeño premio por su buen comportamiento.

Si pese a estas advertencias el niño comienza el berrinche, no trataremos de dialogar ni de razonar con él, pues aumentará su irritabilidad; tampoco es adecuado amenazarlo o castigarlo, porque se incrementarán las tensiones…, interrumpiremos la situación y en un sitio apartado (“un rinconcito”) con el menor público posible esperaremos a que se calme y pueda controlarse. Después le hablaremos en positivo haciéndole otra vez partícipe de las pautas iniciales y dándole una nueva oportunidad para ganarse su premio.

 

9 Pasos para aplacar un berrinche

  1. Inicialmente no prestar atención a su comportamiento y seguir con nuestra actividad cotidiana.
  2. Háblale con voz suave y llévale a una habitación o lugar en el que esté solo (técnica del tiempo fuera).
  3. Mantente firme en lo que le has pedido y no quiere hacer.
  4. No intentes razonar con él.
  5. Si el llanto es histérico, sujétalo junto a tu cuerpo para aplacarlo, y descubrir qué es lo que ha desencadenado la crisis.
  6. Esperar a que su enfado disminuya para ofrecerle la posibilidad de cambiar de actitud.
  7. Abrázalo después de la rabieta para que se asegure de tu confianza.
  8. No premies ni recompenses sus berrinches.
  9. Actúa siempre de la misma forma. Muestra al niño hasta qué límite puede llegar.