Está en

Niño | Educación | 11 Formas de elogiar constructivamente a nuestros hijos

11 Formas de elogiar constructivamente a nuestros hijos Niño

11 Formas de elogiar constructivamente a nuestros hijos

El elogio es una de las mejores herramientas educativas que podemos emplear con nuestros hijos para favorecer su autoestima y confianza, pero solo si hablamos de elogios, realistas, sinceros, adecuados, en el momento justo, dosificados y bien administrados. De lo contrario podemos crear niños vanidosos, sin capacidad de automotivación, cuyo principal objetivo no sea realizar un trabajo por su propia satisfacción, sino por la agradable sensación de recibir un elogio después.

En el caso de la autoestima, en el término medio está la virtud, ya que no se debe pecar ni por exceso ni por defecto. El hecho de elogiar a los niños para aumentar su confianza y autoestima puede parecer positivo a priori, pero el elogio esconde un peligro en el que es muy fácil caer si no somos conscientes de su importancia. Y es que, si elogiamos de forma incorrecta a nuestros hijos, podemos provocar el efecto contrario al que queremos conseguir: una necesidad de aprobación constante de la que va a depender toda su vida, además de convertirle en un niño vanidoso, acostumbrado al elogio fácil, lo que le frustrará en su vida adulta cuando no logre ese elogio al que está tan acostumbrado y que tanto necesita.

 

Peligros del elogio fácil

Lo peligroso de los elogios es que pueden crear adicción, ya que el niño acaba actuando no por su propia satisfacción, sino para conseguir ese “premio” (elogio) por parte de sus padres. El elogio se vuelve tan importante para él, que el trabajo realizado y el esfuerzo pasan a un segundo plano. De esta forma, estamos eliminando su capacidad de automotivación.

Cuando nuestro pequeño realiza algo bien, muchas veces tendemos a utilizar frases como: ¡Qué listo eres!, ¡Eres tan inteligente...!, ¡Eres el mejor nadador!..., pero con este tipo de frases corremos el riesgo de que el niño quiera mantener esa percepción en lugar de centrarse en el aprendizaje. De hecho, muchos niños por no parecer tontos o torpes, incluso dejan de hacer preguntas cuando no entienden algo o dejan de ser participativos por miedo a equivocarse y perder ese “estatus” que tanto les gusta.

Según un estudio realizado por Joan Grusec a niños de ocho y nueve años, los menores elogiados con generosidad comenzaron a actuar de manera menos generosa en el día a día con sus compañeros. Cada vez que los niños escuchaban “Estoy muy orgulloso/a de ti por ayudar o compartir”, manifestaron menos conductas en las que ayudaban y compartían. Según este estudio, los niños desarrollan tolerancia a la alabanza y requieren dosis cada vez mayores. Y, tan pronto como los padres y los maestros retiren la alabanza, los niños pueden perder interés en su actividad.

 

11 formas de elogiar constructivamente a nuestros hijos

  • Observa y comenta: en lugar de decir: “¡Qué dibujo tan bonito!”, “¡Qué bien has jugado el partido!, prueba a decirle: “¡Qué nubes tan grandes has pintado!”, “Veo que te has fijado mucho en los detalles coloreando todas las flores del campo”, “He visto que estabas cansado y aún así te has seguido esforzando en el partido”, “Ha sido muy buena jugada cuando le has pasado el balón a Pedro”. De esta forma describes lo que ha hecho y estás reconociendo su trabajo.
  • Sé realista: no digas “¡Buen trabajo!” cuando no lo es. Los niños detectan muy rápido cuando les estás mintiendo.
  • No alabes a la persona, alaba el proceso: en lugar de hacer una alabanza a la persona: por ejemplo, “¡Qué listo eres!, realiza una alabanza al proceso: “¡Veo que te has esforzado mucho para hacer esto! ¿Estás orgulloso?”.
  • Sé específico: cambia el: ¡Buen trabajo! por frases como: ¡Veo que entiendes muy bien las sumas!
  • Responde inmediatamente: los elogios son más eficaces cuando se producen pronto. No debe pasar demasiado tiempo entre el comportamiento del niño y la nuestra respuesta.
  • Dile que te explique: cuando venga a enseñarte algo que ha hecho y de lo que está orgulloso, interésate con frases del tipo: “¿Qué has hecho?”, “¡Cuéntame cómo lo has hecho!”, “¿Me podrías enseñar a hacerlo a mi?”.
  • Haz notar que percibes su felicidad: ¡Veo que estás muy contento! ¿Te sientes orgulloso de tu trabajo?
  • Sé agradecida: cuando te haga algún regalo, dale las gracias de esta forma: “¡Muchas gracias! ¡Estoy muy contenta de que hayas hecho esto por mi!”.
  • Dile palabras de aliento: “¡Ánimo!”, “¡Confío en que te esforzarás y podrás hacerlo!”.
  • Reconoce sus avances: “Nunca habías hecho esto antes, ¿cómo lo has aprendido?”, “¿Has visto? Todo tu esfuerzo ha merecido la pena”, “¡Cada vez lo estás haciendo mejor!”.
  • Sé generoso en tus elogios cuando se haya esforzado mucho: “¡Lo has conseguido! ¡Enhorabuena! ¡Estoy muy orgullosa de ti!”.