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Bebé | 0 - 9 meses | Los miedos del bebé

Los miedos del bebé Bebé

Los miedos del bebé

Durante su desarrollo, tu bebé comenzará a descubrir nuevas sensaciones, algunas maravillosas, pero otras, no tanto. Por eso, es importante conocer sus principales temores, para encontrar la mejor manera de ayudarle a superarlos.

Día tras día vas a ir observando cómo tu bebé comienza a experimentar nuevas sensaciones. Le verás sonreír, poner cara de sorpresa, cara de asco cuando algo le desagrada, incluso de susto, ya que desde que tienen solo un mes, los bebés también pueden sentirse inseguros y sufrir miedo. Veamos por qué.

 

¿A qué teme un bebé?

  • A la pérdida de apoyo: los bebés sufren sobresalto e inseguridad a las pocas semanas de vida, siendo unos de los primeros miedos que siente un bebé el que hace referencia a la pérdida de apoyo o ante un estímulo sensorial impactante. Cuando un bebé percibe que no tiene bien sujeta bien la cabeza, porque se le va hacia atrás o incluso que se va caer tras ser lanzado al aire, reacciona arqueándose, poniéndose tenso y cerrando los puños en respuesta a su inseguridad. Este reflejo se denomina del Moro y está considerado como la primera manifestación de miedo no aprendido del ser humano.
  • A los cambios bruscos en su entorno: como movimientos bruscos de la cuna o del coche de paseo, percibir luces intensas y ruidos fuertes o inesperados (electrodomésticos, el teléfono, etcétera).
  • A los extraños: a los cinco meses, el bebé ya reconoce a sus padres por la voz y el olor. Es entonces cuando puede aparecer el miedo a los extraños. Romperá a llorar cuando perciba que se encuentra en brazos de alguien que no conoce. Poco a poco, este temor se le irá pasando según vaya descubriendo que existen otras personas a parte de sus padres.  
  • A ciertos juguetes: la cara de algunos muñecos como pueden ser los payasos y las muñecas antiguas y el gran tamaño de algunos peluches pueden asustar al bebé en los cinco primeros meses de vida. 
  • A la separación: entre lo seis y ochos meses, es muy frecuente que surja el miedo a la separación de los padres. La ansiedad de la separación resulta fácil de entender, ya que para el bebé sus padres son las figuras protectoras de las que depende para su supervivencia y seguridad. Con el tiempo comprenderá que la ausencia de sus padres no es definitiva y que no corre peligro sin ellos. 
  • A caerse: alrededor de los diez meses, cuando ha aprendido a ponerse en pie, puede asustarle caerse y hacerse daño. Es aconsejable estar pendiente, darle la mano y no forzarle a mantenerse de pie solo si está asustado.
  • A ruidos y tormentas: otro temor que suele aparecer sobre los diez meses es a los ruidos fuertes. El timbre de la puerta, el teléfono o el motor de algún electrodoméstico pueden sobresaltarle. En esos casos, es importante que le abraces y le tranquilices y hay que procurar que continúe con lo que estaba haciendo para no darle importancia. Si le asusta el ruido de una tormenta, ponle música relajante para distraerle.
  • Al inodoro: que el inodoro le engulla es un miedo típico de los 12 meses a los tres años. El niño ve cómo el agua corre al tirar de la cisterna y teme que le pueda suceder lo mismo. Ayuda mucho que el niño vea a sus padres o hermanos mayores utilizan el váter. Premia sus esfuerzos por sentarse en él, pero no le obligues a permanecer mucho tiempo si no quiere.
  • A la oscuridad: aparece sobre los dos o tres años. La colocación de un piloto luminoso de intensidad graduable en la habitación del pequeño es una buena idea para que se acostumbre a dormirse solo y en penumbra.  
  • Al agua: es esencial que las rutinas del baño e higiene sean divertidas. Para ello, una buena idea es introducir muñecos y juguetes en el agua con el fin de que el pequeño se entretenga mientras se le asea. Los padres deben también animarle a hacer palmitas con las manos en el agua para que no le asuste salpicarse la cara. En la playa y en la piscina ayúdale poco a poco a acercarse al agua, pero sin forzarle. Con paciencia y constancia, el niño aprenderá a disfrutar tanto del agua que costará sacarle.