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¿Qué hacer si mi hijo tiene fimosis? Enfermedades niños

¿Qué hacer si mi hijo tiene fimosis?

Este problema de retracción del prepucio se suele ir corrigiendo por sí mismo, con el desarrollo de los genitales externos. Por eso hay que evitar maniobras que puedan producir lesiones al niño.

El prepucio es una capa de piel que rodea al glande y que, en el momento del nacimiento, lo oculta por completo. Pero, durante los primeros cinco años de vida, se van separando de forma gradual, con las erecciones intermitentes que se presentan y con la acumulación de células de descamación.

Sin embargo, existe fimosis si el prepucio no se puede retraer manualmente y por completo hasta detrás del glande, dejándolo descubierto.

Problemas asociados

La fimosis puede generar que el pequeño orine con esfuerzo, en forma de goteo o de chorro muy fino y con distensión del prepucio. Este adquiere forma de saco por la acumulación de la orina, lo que puede producir a la larga una infección de orina.

También se puede producir balanitis o infección del glande y parafimosis, en la que, tras la retracción forzada del prepucio, este no puede volver a su sitio por existir un anillo fimótico estrecho, apareciendo una gran hinchazón del glande.

 

El tratamiento inicial

Durante el reconocimiento médico de los lactantes y niños pequeños es frecuente encontrarse con adherencias del prepucio que no deben tratarse, porque se separan con el tiempo. No se recomienda la separación violenta de las adherencias del prepucio, ya que es dolorosa y traumática. Además, esta práctica puede dar lugar a densas adherencias entre el prepucio y el glande a medida que las dos superficies separadas vuelven a unirse. A esto se suma que la retracción forzada del prepucio puede producir fisuras y sangrado de la piel, que puede dar lugar a cicatrices y una fimosis posterior. Lo que sí que se puede hacer es retraer el prepucio hasta donde se permita, sin producir molestias, y observar la unión entre este y el glande, de hecho, es conveniente exponer el meato al orinar, para no hacerlo a través del prepucio.

En el caso de que haya un anillo fibrótico de tejido cicatricial que impide la retracción del prepucio, el pediatra indicará la aplicación de una crema de betametasona, con suaves retracciones diarias para ablandar el tejido cicatricial lo suficiente para resolver la fimosis.

 

La opción quirúrgica

Cuando fracasa el tratamiento inicial, está indicada la circuncisión, aunque esta se realiza a una edad variable según la severidad de la obstrucción y otros factores como los condicionamientos sociales, raciales y religiosos.

En la actualidad, la circuncisión se suele indicar en los casos de fimosis patológicas, en la franja de edad que va desde los tres hasta los siete años, tanto para esperar una posible curación espontánea como por razones psicológicas. Si se produce una infección urinaria a causa de la fimosis o de trastornos importantes de la micción, la circuncisión puede estar indicada en edades más tempranas.

La intervención suele realizarse bajo anestesia general o sedación y de forma ambulatoria.

 

¿Cómo se debe limpiar el pene de los niños?

El pene se debe limpiar a diario con agua y jabón. Para ello debemos retirar la piel del prepucio hacia abajo, solo lo que de de sí, hasta su tope, siempre sin forzar más allá, luego echaremos un chorrito de agua con jabón y aclararemos bien. No tiene que doler, ni que molestar, y se debe hacer despacio y suave. Si el bebé hace una mueca de dolor, nos hemos pasado, hay que hacer menos fuerza.

A medida que el bebé vaya creciendo la abertura será cada vez mayor y la piel cederá más fácilmente, pudiendo limpiar mejor la zona.