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Bebé | 0 - 9 meses | ¿Cómo no pasarse con la higiene de los niños?

¿Cómo no pasarse con la higiene de los niños? Bebé

¿Cómo no pasarse con la higiene de los niños?

La higiene es un pilar básico de la salud de los niños, pero lo que a veces no queda demasiado claro es cuál es el término justo.

Los hábitos higiénicos nunca van a ser malos de por sí. Pero sí puede serlo el aplicarlos poco o demasiado. Una escasa higiene favorecerá la aparición de enfermedades y puede incluso afectar al desarrollo psicológico y social del niño. Pero un exceso de higiene también puede ser desfavorable, pues podría haber relación entre algunos tipos de alergia, como la dermatitis atópica, con el excesivo uso de jabones que podrían irritar la piel. Incluso ya se acepta que el aumento de los casos de alergia detectados en los últimos años en la población infantil podrían estar relacionados con un exceso de higiene al que habrían estado expuestos esas generaciones de niños. Y que el abuso de antibióticos, antisépticos, jabones, etcétera, también puede hacer que las bacterias se adapten y se hagan resistentes a estos productos. Por lo tanto, es importante recordar que el sentido común y los consejos del pediatra deben ser siempre la base de la higiene que se proporcione al niño.

 

¿Cómo debe ser la higiene de los niños?

El baño

Primeros días (recién nacidos): se puede realizar a diario o cada dos o tres días, siempre que mantengamos a diario unos correctos cuidados del cordón y de la piel del niño, especialmente la zona del pañal. Mientras se cae el cordón, el baño puede ser sustituido por lavados con agua y poco jabón aplicados suavemente con una esponja. El jabón debe ser adecuado para su edad y usarse en poca cantidad, procurando limpiar sobre todo las zonas de pliegues, más susceptibles de irritación por suciedad o sudor.

Lactantes: tampoco es necesario el baño diario, aunque dependerá de si tiene la piel sensible (los baños frecuentes la pueden irritar), o de si le encanta jugar y rodar por el suelo (en este caso, por muy sensible que sea, no va a haber más remedio que pasar por el agua).

 

Los dientes

Primeros dientes: desde que aparecen los primeros dientes hay que mantener una mínima higiene pasando un cepillo suave, sin agua, o una gasa, al menos una vez al día por sus encías.

A partir de los 18 meses: el niño ya puede empezar a jugar a pasarse el cepillo, imitando a sus padres. El aprendizaje será lento, por lo que conviene enfocar el cepillado más como un juego y una inversión de futuro que como un fin en sí mismo: al principio se debe usar solo agua o muy poca pasta (el niño va a tardar en aprender a escupir, por lo que va a tragar mucha) y por supuesto usar pasta y cepillos adecuados a su edad. Lo importante es crear el hábito, al menos dos veces al día.


La regla de los 5 segundos

A los pequeñines les encanta tirar las cosas al suelo, en especial el chupete, y la duda siempre es la misma. ¿Debemos correr a limpiarlo? En Estados Unidos plantean la regla de los cinco segundos, según la cual si un objeto se cae al suelo y es recogido antes de haber pasado cinco segundos, no estaría sucio. Sin embargo, diversas investigaciones han demostrado que lo esencial no es el tiempo que transcurra entre que algo se cae y lo recojamos, sino lo sucio esté el lugar dónde se cae: no es lo mismo, por ejemplo, que el chupete se caiga en la calle o en nuestra casa. Y no es lo mismo el baño que el dormitorio, por ejemplo.