Las lentes de fantasía permiten modificar el color y aspecto del iris y proporcionan el toque final perfecto a los disfraces y looks más creativos, pero comprarlas en lugares inadecuados como a través de Internet, bazares o tiendas de complementos puede conllevar consecuencias graves para la salud ocular. Si nuestros hijos quieren usarlas este Halloween debemos saber que es necesario comprarlas en una óptica, su precio no es elevado y nos evitaremos más de un disgusto.

 

Estas lentes son un producto sanitario

Las lentes de contacto no son un simple accesorio de moda, sino un producto sanitario, y solo un óptico-optometrista puede determinar si los pacientes pueden utilizarlas sin problemas. Además, el ojo de cada persona es diferente y no existe una lente “estándar” que se ajuste perfectamente a todos.

Cuando se adapta una lente de contacto, el óptico-optometrista evalúa aspectos como la salud general y ocular del paciente, el estado del ojo y la medida de la córnea. El óptico-optometrista también nos enseña las pautas de manipulación, limpieza y desinfección esenciales para minimizar cualquier posible riesgo, así como las horas de uso recomendadas y la frecuencia de reemplazo de las lentes.

 

Peligro de problemas y lesiones oculares

Aunque no cuentan con prescripción óptica y se suelen llevar durante periodos cortos de tiempo, un mal uso de las lentes de fantasía puede acarrear una serie de riesgos.

En este sentido, algunos estudios han constatado que los usuarios de lentes de contacto que no las compran en una óptica tienden a no respetar las pautas de mantenimiento e higiene necesarias para disminuir el riesgo de lesiones corneales e infecciones oculares. Entre los síntomas que se pueden experimentar se encuentran la sensación de sequedad y arenilla en los ojos, el enrojecimiento, la irritación e, incluso, el dolor al retirar la lente de contacto. Otros riesgos asociados con un uso inadecuado incluyen conjuntivitis, inflamación corneal, reacciones alérgicas, abrasión corneal derivada de una deficiente adaptación y pérdida visual.