Está en

Enfermedades niños | Enfermedades niños | Dime qué tos tienes y te diré qué hacer

Dime qué tos tienes y te diré qué hacer Enfermedades niños

Dime qué tos tienes y te diré qué hacer

Aunque angustia mucho a los padres, normalmente la tos es un mecanismo benigno de limpieza de las vías respiratorias, por lo que la tos no tiene porqué esconder ninguna enfermedad. Conocerla a fondo te ayudará a no equivocarte.

La tos es uno de los síntomas más frecuentes en los niños y una de las principales causas de consulta en pediatría, ya que preocupa y agobia a los padres. Las causas de este síntoma son diversas y abarcan un amplio abanico de posibilidades: desde una enfermedad banal hasta trastornos de suma importancia. Sin embargo, en condiciones de estricta normalidad, es decir, en niños sin fiebre ni otras manifestaciones clínicas asociadas, es un mecanismo de limpieza de las vías respiratorias y, gracias a él, muchos niños eliminan microorganismos que podrían desencadenar neumonía o bronquitis.

Por tanto, en muchas ocasiones se emplean de manera innecesaria fármacos contra la tos (antitusígenos, mucolíticos, etcétera), cuando con la administración de líquidos (agua, zumos naturales), una correcta humedad ambiental y remedios naturales como la miel podría ser suficiente. Obviamente, en otras ocasiones, cuando la tos se acompaña de otros síntomas será necesario consultar al pediatra para instaurar el tratamiento más apropiado.

 

Dime qué tos tienes y te diré qué hacer

Laríngea o perruna: es una tos fuerte, que simula el ladrido de un perro y que en muchas ocasiones nos despierta de manera brusca en mitad de la noche. Suele estar causada por una inflamación laríngea y tener carácter autolimitado. En la mayoría de casos, al ser tan alarmante, los padres llevan corriendo su hijo a Urgencias y en el trayecto, la exposición del niño al aire fresco de la noche, mitiga la intensidad de esta tos. Ante este proceso es de gran utilidad abrir la ventana o sacar al niño a la terraza (bien abrigado) para exponerlo al aire frío. Pero si va acompañada de dificultad respiratoria, no cede o empeora, la valoración pediátrica será necesaria. El tratamiento usual de este proceso es el uso de corticoides inhalados o vía oral pautados por el pediatra.

Húmeda o productiva: es la tos más común, puesto que se asocia a las infecciones de vías respiratorias superiores (el típico resfriado). Se acompaña de mucosidad, ya que es la manifestación del aumento de secreciones en las vías respiratorias y el intento por eliminarlas. Es muy útil porque impide la retención de secreciones que podrían obstruir los bronquios. No debemos tratar de detenerla, a menos que resulte extenuante o impida dormir. Los líquidos (agua, zumos naturales) y la humedad ambiental resultan útiles para mantener las secreciones respiratorias fluidas y facilitar su expulsión con la tos. Algo tan simple como el agua es el mucolítico más útil para estos procesos. No obstante, no podemos obviar que la tos húmeda, precisamente por ser la expresión de una infección en vías respiratorias, puede denotar la existencia de un proceso más grave como bronquiolitis o neumonía, cuyo tratamiento precisará un abordaje cuidadoso. Así que debemos estar  muy atentos ante la aparición de otros síntomas como fiebre, fatiga o rechazo alimentario.

Seca:   tiene un timbre más rudo. No se suele acompañar de congestión nasal ni de mucosidad, a diferencia de la productiva. También puede ser la manifestación de un resfriado común, y en general desaparece al cabo de unos días. Si produce muchas molestias, como puede ser la de garganta, al ser una tos tan irritante; y dificulta el sueño, podría ser útil el empleo de antiinflamatorios o antitusivos, sobre todo por la noche, para permitir el descanso del niño.

Con sibilantes o pitos: la tos va acompañada de unos sonidos finos similares a un pitido. El origen de esta tos es la obstrucción de las vías respiratorias inferiores (bronquios o bronquiolos), siendo típica de las crisis asmáticas y de las bronquiolitis. Posteriormente, en muchos niños, persiste una cierta hiperreactividad bronquial que precipita nuevas crisis broncoobstructivas (nuevos procesos de tos con pitos y fatiga) ante cuadros infecciosos de vías respiratorias, cambios de temperatura, agentes irritantes como el humo del tabaco, etcétera.

Ante este tipo de tos es necesario acudir al pediatra para evaluar al niño y establecer un diagnóstico. 

En el caso de estar relacionada con la bronquiolitis, el tratamiento de esta enfermedad puede ser complejo, puesto que no siempre se responde favorablemente al mismo. En cuanto a las crisis asmáticas, se manejaran con broncodilatadores y en ciertos casos de intensidad moderada-grave, será preciso el uso de corticoides orales o intravenosos. Si el niño ha sido diagnosticado de asma, las medidas preventivas serán fundamentales para controlar y prevenir el desarrollo de futuras crisis.

Nerviosa o psicógena: es una tos seca e irritativa, que no se acompaña de mucosidad. Es más común en los adultos que en los niños y se presenta en situaciones de estrés o como un intento (consciente o no) de llamar la atención. Típicamente no está presente durante la noche, ni cuando el niño está distraído, a diferencia de una tos relacionada con una enfermedad. El diagnóstico de tos nerviosa debe hacer después de haber excluido otras enfermedades de base.