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¿Por qué nos hace felices dar el pecho? Embarazo y parto

¿Por qué nos hace felices dar el pecho?

A nivel psicológico, la lactancia materna, como forma de alimentación y contacto con el bebé, tiene una serie de consecuencias positivas a lo largo del desarrollo del bebé, pero no solo de este, sino también de la estrenada mamá y del vínculo que se genera entre ambos.

Cuando alimentamos con nuestro propio cuerpo parte de nosotros pasa al bebé y esta experiencia marcará tanto a la mamá como al bebé que quedarán unidos por un lazo afectivo positivo desde el principio de la vida.

Saber que estamos en el mundo cuando somos aún bebés, que somos importantes y que nos cuidan es esencial para un desarrollo óptimo dentro de un contexto que está atento a nuestras necesidades, nos hará sentirnos seguros para explorar y crecer sin miedos. Esto en psicología es lo que llamamos generar apego seguro y no depende únicamente de la lactancia, aunque esta sí supone una gran facilitadora. De este vínculo se benefician tanto bebés como sus mamás, ya que está demostrado que la segregación de ciertas hormonas asociadas al bienestar aumentan cuando amamantamos, aunque también cuando acurrucamos, protegemos, acariciamos o mimamos a nuestros bebés. Los bueno de la lactancia es que reunimos todas estas acciones en una. 

Por lo tanto, las ventajas de la lactancia no solo se circunscriben al bebé, sino que ellas, las recién estrenadas mamás, también se benefician a nivel psicobiosocial.

Para empezar, la lactancia es una prolongación del ciclo vital de una mujer. De forma natural estamos preparadas para ello, nuestra naturaleza nos dicta alimentar a nuestros bebés y los beneficios no se hacen esperar.

 

Al dar el pecho le damos sentido a nuestro desarrollo evolutivo

Cuando una mamá da lo mejor de sí misma dedicándole no solo la valiosa leche que produce su cuerpo, sino la dedicación y el cuidado a su bebé le invade una sensación de bienestar, de utilidad, de confianza en poder hacerse cargo con su propio cuerpo de su pequeño bebé, utiliza partes de su cuerpo que fueron diseñadas para ello, dándole sentido a su propio desarrollo evolutivo. Todo ello hace que las mamás que dan el pecho tengan menos posibilidades de sentirse solas, de padecer depresiones posparto, se regulan mejor hormonalmente, se sienten seguras por su condición femenina y acorde con su propia naturaleza, les ayuda a vincularse con su bebé sintiéndole propio, conociendo a su bebé y fomentando en ella misma cualidades que toda mujer posee que es el cuidado y la protección. Podríamos decir que completan su maternidad de una forma especialmente bonita.

Esto no quiere decir que las mamás que, por decisión propia o por imposibilidad física, no puedan darle el pecho no vayan a conseguir los beneficios de un correcto apego con sus bebés, lo que sí es cierto es que la lactancia materna promueve esta vinculación haciendo el ambiente más favorable para que se produzca y es por este motivo que lo consideramos tan aconsejable.

 

*Artículo elaborado por la psicóloga, Amaya Terrón www.psicologiaamayaterron.com