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Niño | 2 a 6 años | Mi hijo se hace pipí en la cama

Mi hijo se hace pipí en la cama Niño

Mi hijo se hace pipí en la cama

La enuresis es la emisión involuntaria de orina que se produce por la falta de control del esfínter. Normalmente, a la edad de tres años, los niños consiguen controlar sus esfínteres, aunque de forma esporádica es normal que puedan tener algún escape involuntario incluso hasta los cinco años. A partir de esta edad si el niño tiene escapes involuntarios podemos pensar que padece enuresis.

Es común que esta aparezca durante el sueño, pero también puede aparecer durante el día. Si ocurre durante día tiende a darse también durante la noche, pero no a la inversa.

La frecuencia de la enuresis es alta y afecta aproximadamente a un quince por ciento de los niños de seis años, a un cinco por ciento de los niños hasta los 10 años y a un dos por ciento de los niños hasta los 12 años.

 

¿Qué enuresis sufre mi hijo?

Existen varios tipos de enuresis según la evolución del problema, estos son:

  • Enuresis primaria: se produce cuando el niño tiene no controla el esfínter desde pequeño sin que pasen largos periodos de tiempo en los que sí controla.
  • Enuresis secundaria: es cuando el menor parece que controla el esfínter por un periodo importante de tiempo y de repente pierde de nuevo en control.

 

Ponerle fin

La enuresis suele remitir conforme el niño crece y raramente sobrepasa la adolescencia, pero a algunos niños les afecta gravemente en su vida diaria, limitando sus actividades e incluso afectando directamente a sus sentimientos, por lo que resulta importante llevar a cabo un tratamiento de la enuresis en el que intervendrá el pediatra y el psicólogo infantil.

Para acabar con el problema, lo primero es descubrir el origen de la enuresis, ya que no todos los tipos proceden del mismo punto. Hay enuresis orgánica y enuresis provocada por factores psicológicos. Con respecto a la enuresis de procedencia psicológica se puede relacionar con la ansiedad, los conflictos familiares y/o el estrés en general.

 

Tratamiento

En la actualidad, existen varias posibilidades de tratamiento y es importante adaptar la terapia a las características de cada niño y no a la inversa.

En el caso de la enuresis diurna el objetivo es que el menor contenga las ganas de orinar durante periodos de tiempo cada vez más largos (con criterio), sin dejar en ningún momento de ofrecer líquidos al pequeño. Se trata de ofrecer y/o sentar al pequeño en el váter cada X tiempo, prolongando los espacios intermedios cada vez. Esta técnica requiere ser muy rigurosos y tener siempre cada X tiempo un aseo cerca.

Para la enuresis que se produce durante la noche, existe la famosa técnica del “pipí stop”, que consiste en un dispositivo que se coloca en la cama y que detecta la humedad en cuanto ocurre un escape y emite un sonido que despierta al niño. Esta técnica trata de conseguir que el niño tome conciencia de la sensación de vejiga llena y acuda al baño.

Existen otras técnicas que basan su eficacia en términos de refuerzo positivo: es decir, premiar al pequeño cada vez que consiga un avance en cuanto a control de esfínter. De manera que él mismo quiera repetir el acto de ir al aseo por la consecución del premio. Siempre es aconsejable empezar por refuerzos tangibles (juguetes, postres, etcétera) e ir pasando poco a poco a refuerzos más sociales, sin dejar nunca de reconocer sus avances y logros. Con esto conseguiremos motivar a nuestro pequeño y una vez conseguido esto podemos al cambiar el tipo de premio y así modificar su motivación extrínseca (motivación por factores externos) a una motivación intrínseca (basada en aspectos de la propia tarea).

 

¿Qué pasa si fracasa?

Cuando el niño no consiga los objetivos y tenga alguna fuga, es muy importante no utilizar reforzadores negativos, es decir, castigos. Cuando ocurra el escape simplemente hacemos que colabore con nosotros en limpiar lo que haya ensuciado y se le puede decir que la próxima vez lo hará mejor.

Debemos recordar que los castigos en la enuresis, sea del tipo que sea, provocan en los menores ansiedad que es precisamente el factor que la pudo haber creado.

 

¡Recuerda!

A la hora de tratar la enuresis no hay que dejar de lado los aspectos emocionales. Es posible que, cuando la enuresis es secundaria, detectemos alguna vivencia que haya producido esta regresión, bien algún conflicto familiar, la llegada de un hermanito, una mudanza o algún cambio que al pequeño le haya podido afectar de alguna manera provocándole un estrés no conocido. Cuando la enuresis es primaria también habrá que atender al ambiente en el que se desenvuelve en menor, descartando así estresores externos.

Además, siempre hay que pasar por el control del médico para descartar que se produzca por causas orgánicas.

 

Artículo elaborado por Amaya Terrón, psicóloga wwwpsicologiaamayaterron.com