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Niño | 2 a 6 años | Mi hijo no controla el esfínter aún. ¿Cuándo se le pasará?

Mi hijo no controla el esfínter aún. ¿Cuándo se le pasará? Niño

Mi hijo no controla el esfínter aún. ¿Cuándo se le pasará?

La encopresis es la evacuación repetida de heces en cualquier lugar inadecuado que no sea la taza del váter, como en el suelo, la ropa interior o la cama. El escape de las heces puede ocurrir durante el día o la noche. Y, al menos, tiene que producirse una vez a la semana durante tres meses consecutivos para considerarse encopresis.

La edad a partir de la cual puede considerarse encopresis son los cuatro años, cuando los niños ya deben tener un control de los esfínteres completo.

La aparición de la encopresis puede estar relacionada con:

  • La falta de educación de los esfínteres.
  • La educación de los esfínteres a edad muy temprana.
  • Una alteración emocional como el trastorno de oposición desafiante u otros obstáculos emocionales.
  • Factores que alteran el entorno del niño y por lo tanto requieran un periodo de adaptación, por ejemplo; la llegada de un nuevo bebé, separación de los padres, mudanza o cambio de escuela o nido.
  • Un trastorno de conducta.
  • El mero interés del pequeño por conseguir algo de los padres, bien sea atención o el simple cambio emocional que produce en estos.

 

Cualquiera que sea la causa, es importante atender el problema, ya que el niño puede llegar a desarrollar un sentimiento de vergüenza, culpabilidad o pérdida de autoestima conexos y puede tratar de ocultar el descubrimiento del problema a sus amigos, compañeros o resto de familiares.

En el caso que el pequeño desarrolle un cuadro de encopresis es importante apoyar lo más posible al niño y nunca hacerle sentir mal, o más pequeño de lo que es. La crítica destructiva en estos casos es muy perjudicial para los pequeños, ya que pueden terminar con una autoestima dañada.

Si descubrimos el origen o causa que ha motivado la encopresis, empezar atendiendola sería un buen inicio. Por ejemplo, si vemos que se trata de una llamada de atención deberemos reeducarle para que no obtenga lo que busca y enseñarle otras estrategias.

La prevención en estos casos es difícil debido a que las causas a menudo no son decisivas, por lo que es recomendable seguir la evolución personal de cada niño y no guiarse por hitos que “deberían” cumplirse. Cada niño tiene su ritmo y presionar para llegar antes es contraproducente y a veces incluso dañino.

También es recomendable hacer extensible y partícipe del problema a educadoras o cuidadoras para que colaboren con nuestro plan y nos informen de los avances siempre sin hacer sentir culpable al pequeño por haber manchado la ropa interior o la cama, etcétera.

 

Artículo elaborado por Amaya Terrón www.psicologiaamayaterron.com