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Conjuntivitis del recién nacido y lactante

Es habitual que en los primeros meses de vida la conjuntiva se inflame, ya sea por causas infecciosas o no infecciosas, pero no suele ser un problema grave.

La conjuntivitis se clasifica, atendiendo al mecanismo responsable de la inflamación, en infecciosa: están producidas por agentes infecciosos como bacterias, virus u hongos, y en no infecciosas cuando las originan agentes tóxicos, traumatismos o alergias. Suele afectar a los dos ojos al mismo tiempo, aunque puede comenzar en un ojo y extenderse después al otro y en ocasiones ser asimétricas, afectando a un ojo más que al otro.  

 

Conjuntivitis neonatal

Cuando el bebé padece esta inflamación en su primer mes de vida se denomina conjuntivitis neonatal y puede ser:

  • Conjuntivitis química: causada por la irritación que producen las gotas oftálmicas administradas tras el parto, que se aplican al recién nacido para ayudar a prevenir infecciones bacterianas. 
  • Conjuntivitis infecciosa: las infecciones bacterianas más comunes que pueden causar daño ocular grave son la gonorrea y la clamidiasis oculogenital, las cuales pueden pasar de la madre al niño durante el nacimiento. Los virus que causan el herpes genital y oral también pueden provocar la conjuntivitis neonatal al igual que daño ocular grave. Algunos niños nacen ya con complicaciones corneales por gonococo en caso de ruptura prematura de membranas (bolsa de las aguas) o incluso con membranas íntegras en caso de herpes simple. 

 

A causa de una obstrucción

Durante los primeros meses de vida pueden repetirse frecuentemente las infecciones conjuntivales caracterizadas por un intenso lagrimeo y la presencia de secreciones amarillentas desecadas; este cuadro suele deberse a una obstrucción del conducto lacrimonasal.

La obstrucción congénita de la vía lagrimal es una patología frecuente y es consecuencia de un fallo en la canalización del conducto lacrimonasal. La sintomatología puede aparecer desde el nacimiento y consiste en lagrimeo, reflujo mucoso en el punto lagrimal y conjuntivitis de repetición. La obstrucción puede ser completa, en cuyo caso los síntomas son severos y continuos, o incompleta y entonces los síntomas aparecen cuando hay un aumento de producción de lágrima (al exponerse al frío o a la luz del sol, por ejemplo) o se produce un taponamiento distal del conducto. Normalmente se resuelve espontáneamente en el primer año de vida con la ayuda de medidas higiénicas y masaje del saco (zona entre el ojo y la nariz). 

 

Conjuntivitis del lactante

La inflamación de la conjuntiva en el lactante suele estar producida por una infección, en la mayoría de los casos causada por bacterias que normalmente viven en la nariz o en la piel, siendo los casos restantes de origen viral. A pesar de que la mayoría de las conjuntivitis son contagiosas, normalmente no causan daño ni al ojo ni a la visión.

 

Limpieza y colirios

Las secreciones se retiran limpiando los ojos suavemente con toallitas estériles de uso oftálmico o con una gasita empapada en suero salino fisiológico, utilizando una distinta para cada ojo. Además, será bueno realizar un ligero masaje en la zona del ojo más cercana a la nariz, lo que contribuye a vaciar las secreciones que se acumulan en el conducto lagrimal.

Después ya se podrá aplicar el producto. El frasco del colirio no debe tocar la piel ni las pestañas para que no se contamine el producto. Además, la mayoría de las gotas oculares deben guardarse en lugar oscuro.