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Muerte súbita del lactante Bebé

Muerte súbita del lactante

Este problema, aunque raro, supone la causa más frecuente de muerte inesperada durante el primer año de vida. Con ciertas medidas que están en nuestras manos, podremos alejar los riesgos.

No se conoce con certeza la causa determinada que origina el síndrome de la muerte súbita del lactante; parece ser que es un trastorno de la regulación de la respiración durante el sueño. Los bebés (principalmente los menores de seis meses) no son capaces de evitar posibles apneas (suspensión más o menos larga de la respiración mientras duermen) o la falta de oxígeno, y se produce un cuadro de asfixia. 

 

Aprende a prevenirla

Además, hay otros factores que influyen como la edad, el sexo, la raza o el retraso en el crecimiento fetal. Pero a estos se suman otros elementos asociado que, sumados, influyen en mayor o menor medida; y estos sí que los podemos evitar. Toma buena nota de lo que debes hacer.

  • Tumba al bebé boca arriba para dormir: lo que los pediatras denominan la postura decúbito supino. Esta es la mejor posición para que la entrada de aire con buena concentración de oxígeno sea la adecuada durante el sueño (incluidas las siestas). Dormir boca abajo o de lado aumenta considerablemente el riesgo de muerte súbita. A lo largo del día y bajo vigilancia, es conveniente cambiar la postura del niño. Además, es muy importante que el colchón de la cuna sea consistente (para que no se hunda la carita del pequeño) y hay que evitar las almohadas y los juguetes blandos (como un peluche) alrededor.
  • Ponle el chupete: su utilización mientras el bebé duerme ejerce un efecto preventivo frente a este síndrome, quizá porque la succión ejercita la respiración y favorece el despertar del bebé en caso de apnea. 
  • Evita el tabaquismo: en primer lugar, si la madre ha fumado en el embarazo, el riesgo de muerte súbita se triplica; pero también hay que evitar el tabaquismo en el entorno del lactante. 
  • Fomenta la lactancia materna: este síndrome se presenta con más frecuencia en niños que reciben lactancia artificial. De hecho, algunos estudios han indicado que amamantar a nuestro hijo puede tener un cierto efecto protector (por ejemplo, reduce la incidencia de algunas infecciones de las vías respiratorias altas).
  • Controla la temperatura ambiente y evita un exceso de abrigo en el bebé: la temperatura de la habitación del pequeño debe estar entre 20-22 grados centígrados. Además, no hay que arropar mucho al pequeño: debemos vigilar siempre que su nuca no esté muy caliente, ni que esté sudando.