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Buenos modales en la mesa Niño

Buenos modales en la mesa

Que los niños mantengan una actitud correcta durante las comidas es un aspecto importante de su educación, por ello hay que enseñarles cuanto antes.

Los niños pueden tomar el momento de la comida como un tiempo de juego en el que no hay reglas. Darles un buen ejemplo, desde las edades más tempranas, es una de las mejores maneras de inculcarles hábitos correctos. Hasta los dos años es normal que el niño juegue con la comida, se manche, no esté quieto… Pero, a partir de esta edad, ya es capaz de entender normas y debemos poner límites, comenzando a enseñarle a comportarse en la mesa.

 

Comer sano y con educación

En el ámbito de la alimentación solemos centrar nuestros esfuerzos en enseñar a nuestros hijos a comer sano y variado. Por supuesto que es fundamental que aprendan, lo antes posible, a comer de todo, a repartir las comidas en cinco tomas al día, a no abusar de los dulces, a realizar un completo desayuno, etcétera. Pero también es muy importante dejar claro a los niños que, cuando se sientan en la mesa, deben concentrarse en la actividad de comer y no hacer nada más. Y que tienen que sentarse correctamente, coger bien los cubiertos, no gritar… en definitiva, mostrar un buen comportamiento que, además, les ayudará a la hora de sociabilizarse.

Los niños tienen que ver la hora de la comida como un momento familiar agradable, sin prisas y disfrutando del menú. Por eso es muy importante que, desde la edad más temprana posible, el pequeño forme parte de este momento junto al resto de la familia. Además, se debe comer en un ambiente distendido y tranquilo, que favorezca la comunicación; y sin televisión. En este tipo de ambiente, el niño tiene mucho más fácil observar a sus padres y aprender los buenos modales, por imitación, o mediante las explicaciones que le vayamos dando.

Por tanto, es fundamental evitar un error muy frecuente: permitirle todo lo que quiera (juguetes, la televisión, dejar que se levante…), con tal de que coma. 

 

Dos estrategias efectivas

Para enseñar buenos modales a los niños hay que echar mano de ciertos recursos psicológicos como motivarles haciéndoles sentirse más mayores. Si les decimos que les vamos a enseñar a coger el tenedor y el cuchillo como los mayores o que se tienen que sentar bien en la mesa, porque ya son mayores, les hacemos sentirse importantes y seguros y obtendremos muy buenos resultados.

Y por otro lado, es esencial reforzar sus logros. Cada vez que hagan algo bien, que consigan aprender y poner en práctica algún buen hábito, se lo reconoceremos y premiaremos, pero con alguna recompensa que no sea material. Por ejemplo, un aplauso o chocar las manos son acciones que les harán sentirse satisfechos.

 

Aprendizajes fundamentales  

  • La higiene: antes de comer, siempre hay que lavarse las manos.
  • El “saber estar”: hay que sentarse bien en la mesa y comportarse durante toda la comida. Esto incluye muchos aspectos como que hay que ponerse la servilleta nada más empezar y usarla para limpiarnos la boca cada vez que vamos a beber; que no hay que juguetear con la comida ni tirarla, que no hay que jugar ni hacer ruido con los vasos, cubiertos o platos, ni utilizarlos para otra cosa que no sea comer; que no hay que hacer ruido al masticar ni al tragar; que no hay que echarse mucha comida a la boca, ni hablar con la boca llena, etcétera.
  • El agradecimiento: siempre que quieran pedir algo, dirán “por favor” y, “gracias” cuando les den lo que querían.
  • La responsabilidad: cuando tengan edad para ello, nos ayudarán a poner la mesa. Pueden empezar ocupándose, al menos, su servilleta, sus cubiertos, su plato y su vaso (¡les encantará tener su propia vajilla!).