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Actividades al salir del cole Niño

Actividades al salir del cole

Complementar el horario lectivo de nuestro hijo con actividades extraescolares puede reportarle un mayor rendimiento académico y otros muchos beneficios. Tú tienes la clave para elegir con responsabilidad.

Es fácil cruzar la fina línea que hace que este tipo de actividades pasen de algo positivo a una pesada carga para los pequeños. La abundancia de oferta, con propuestas cada vez más atractivas; y las buenas intenciones de los padres de hacer de sus hijos los mejores, pueden llevar a que estos tengan que soportar demasiada presión.

Pero elegir bien no es una misión imposible. Tan solo debemos adaptarnos a la edad de nuestro hijo y observar que está haciendo algo que le gusta y le divierte. Y, por supuesto, hacer que participe en la decisión de acuerdo a sus preferencias, según se va haciendo mayor.

 

Los comienzos

Alrededor de los seis años, los niños empiezan el colegio, un mundo nuevo y desconocido para ellos. También es un buen momento (incluso un poco antes) para apuntarles a alguna actividad extraescolar, ya que en estos primeros años de vida, los pequeños tienen una gran capacidad de aprendizaje. Eso sí, estas primeras actividades no deben tener normas, porque, a estas edades, a los niños solo se les puede pedir que se diviertan y lo pasen bien.

Desde el principio nos debemos preocupar por los gustos, necesidades e ilusiones de nuestro hijo y es fundamental observar si sale contento de la actividad. Puede ser que la propia actividad le encante, pero no esté a gusto con el grupo, por ejemplo.

En general, para los niños de entre cuatro y cinco años, lo más adecuado serían actividades relacionadas con la danza o la expresión corporal, con la psicomotricidad y con el dibujo. También pueden comenzar a practicar algún deporte, pero siempre enfocado desde una perspectiva lúdica y no competitiva.

 

Un buen uso

Para que las actividades extraescolares resulten positivas para los niños, hay que hacer un buen uso de ellas, un uso responsable. Nunca deben convertirse en “canguros” de nuestros hijos, a causa de nuestros complicados horarios laborales.

Dos horas a la semana (o tres para los niños mayores) será suficiente, porque los niños también necesitan tiempo para descansar y para jugar.

Más vale pocas actividades, pero muy bien escogidas y que se adapten perfectamente a las necesidades de los niños.  

De este modo y según la actividad escogida, estaremos contribuyendo a que los niños tengan una mejor salud física y mental e incluso les pueden ayudar a tener mejores resultados académicos, mayor adaptación emocional, social y de comportamiento.

 

¿Cuáles encajan mejor con él?

A la hora de elegir, es conveniente apuntar a los niños a actividades en las que se sientan cómodos, pero también que puedan potenciar sus habilidades o compensar sus carencias. Según la edad, el carácter del niño o sus preferencias, podemos elegir entre cada vez más opciones, que se pueden englobar en tres grandes bloques.

  • De aprendizaje: son de ámbito académico y con ellas se busca que los niños adquieran conocimientos. Los idiomas, la informática o el refuerzo de alguna asignatura son las principales.
  • Deportivas: mejoran el desarrollo físico y las aptitudes como la agilidad, la coordinación motora, el equilibrio, etcétera. Además, con algunas, los niños aprenden a trabajar en equipo, a adquirir responsabilidades y respetar normas establecidas. También les enseñan a ganar y perder. 
  • Artísticas: aquí se incluyen todas las actividades que tienen que ver con la estética y la creatividad. Suelen estimular el afán de superación, potencian el desarrollo psicomotor (la música y el baile) y les enseñan valores como la autodisciplina, la perseverancia y la responsabilidad. También destacan porque con ellas se trabaja mucho la paciencia.